En las últimas semanas en el país mucho se ha hablado de las reformas que el ejecutivo federal ha propuesto para buscar un equilibro en varios sectores del país. Uno de los más importantes es el sector de telecomunicaciones y en su reforma se propone que haya una regulación asimétrica para equilibrar el mercado, costos y la calidad del servicio beneficiando al consumidor.
La regulación asimétrica lo que propone es todas aquellas empresas que cuenten con una participación nacional mayor al 50% se les asigne “agentes económicos ponderantes” para que a través de ellos las empresas con menor infraestructura, recursos y presencia puedan usar la tecnología de la empresa mayoritaria para impulsar el crecimiento en el sector.
Sin lugar a dudas, la única empresa en nuestro país que cumple con ésta propuesta es Telcel, compañía que gracias a su número de usuarios, tráfico en sus redes y capacidad es la que cuenta es la que debería ceder gran parte de su tecnología e infraestructura para apoyar a la regulación.
Por ello, Daniel Bernal, subdirector de asuntos regulatorios de América Móvil, ha comentado que la implementación de la regulación asimétrica podría generar desincentivos a la inversión y la innovación en nuestro país.
Provocando que las operadores se acostumbren a vivir del traslado de recursos de interconexión con otras empresas en lugar de desarrollar e implementar tecnología para mejorar la calidad de los servicios.
Si estamos hablando de una reforma que tiene en el centro al usuario y a la competencia, no a los competidores, debemos estar muy claros en qué consiste el tema de las asimetrías y regulación asimétrica. La regulación asimétrica crea operadores ineficientes porque crea incentivos para que los operadores se acostumbren a vivir del traslado de recursos de interconexión y no que se enfoquen en los niveles de competencia y desarrollo de servicios que se requieren
Causando que los usuarios no se beneficien de la reforma y que al final los operadores solamente terminen transfiriendo recursos entre ellos, provocando una crisis mayor a la que hoy nos encontramos.
Fuente | El Financiero
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