El pasado 16 de diciembre, un equipo de arqueólogos franceses del Instituto de Egiptología de la Universidad de Estrasburgo desenterró un sarcófago sellado de hace 3,400 años en la ciudad de Luxor, Egipto.
Según Dernières Nouvelles d'Alsace (DNA), el sarcófago será estudiado a profundidad y finalmente abierto en 2025 durante una nueva campaña de excavaciones.
El hallazgo se realizó bajo ocho metros de terraplén en el camino procesional que conduce al templo de Tutmosis III. El director del Instituto de Egiptología, Frédéric Colin, describió este descubrimiento como una "pieza importante del rompecabezas" para comprender los gestos antropológicos y funerarios de los antiguos egipcios:
"Tenemos una pieza importante del rompecabezas para comprender los gestos antropológicos de las personas que trabajaron allí. Como tal, para nosotros es un tesoro"
Este hallazgo no solo dará nuevo conocimiento sobre las prácticas funerarias del Reino Medio (siglos XXI-XVIII a. C.), sino que también abrirá campo en la investigación de las complejidades culturales y sociales que envolvían el cuidado de los difuntos en el antiguo Egipto.
"Es como la escena de un crimen": el arduo trabajo detrás de este hallazgo arqueológico
El descubrimiento del sarcófago no fue casual. Durante dos años, los arqueólogos han estado excavando meticulosamente una hectárea de terreno bajo la calzada procesional. Ahí, aplican técnicas avanzadas de estratigrafía y modelado 3D mediante fotogrametría. El sarcófago fue localizado apenas tres días antes de que concluyera la campaña de excavación del 2024.
Según Futura, el equipo estuvo compuesto por especialistas franceses y egipcios, que trabajaron con precisión para desenterrar la estructura de piedra que contenía el sarcófago. Fue un técnico de excavación egipcio quien, mientras limpiaba el suelo con un cepillo, detectó la estructura que sobresalía del terreno.
Este proceso, que requirió meses de trabajo, culminó en el descubrimiento de un entierro envuelto en lino que aún guarda muchos secretos. Colin comparó la excavación con una escena de crimen:
"Es un verdadero misterio y, al igual que un lugar de excavación, siempre es una especie de escena de un crimen; estamos allí para comprender lo que pasó"
Diferencias en las prácticas funerarias del Reino Medio: ¿por qué este sarcófago es único?
El sarcófago encontrado en Luxor difiere de los cinco opulentos entierros del Reino Nuevo descubiertos en el mismo sitio entre 2018 y 2019. Según Colin, el entierro descubierto este año no presenta la misma riqueza material ni el cuidado meticuloso en su disposición, lo que plantea interrogantes sobre la identidad del difunto y el valor simbólico que los antiguos egipcios le otorgaron a su sepultura.
“Presumiblemente, los trabajadores que construyeron la Calzada de Tutmosis III al comienzo del Imperio Nuevo arrasaron todo a su paso. Encontraron tumbas y las trasladaron. Esta vez, sin embargo, con una diferencia importante"
La diferencia en el tratamiento funerario podría deberse a factores como el estatus social del difunto, el paso del tiempo o incluso un desconocimiento de la identidad de la persona enterrada. Estas preguntas serán abordadas en la próxima campaña de excavaciones, programada para octubre de 2025.
Aunque aún no se ha abierto, el sarcófago ya ha revelado algunos detalles intrigantes. Según Colin, un pequeño orificio permitió observar una mandíbula y un cráneo, lo que sugiere que el difunto podría haber sido una persona mayor envuelta en lino, una práctica común en el Reino Medio.
El equipo también está evaluando la posibilidad de encontrar otros sarcófagos en las inmediaciones. Según Futura, el área donde fue hallado el entierro está cerca de un sitio donde, en 1919, el arqueólogo Ambrose Lansing descubrió 40 sarcófagos similares. Esto aumenta las expectativas de nuevos hallazgos que podrían arrojar luz sobre las dinámicas funerarias de la época.
Creencias y prácticas funerarias en el antiguo Egipto
El Museo Egipcio de Barcelona explica que para los egipcios, la muerte era concebida como un tránsito hacia la eternidad. Según estas creencias, el alma debía superar el juicio presidido por Osiris donde evaluaría su virtud y rectitud.
La momificación del cuerpo era crucial para este proceso, ya que garantizaba la preservación del vehículo físico para el alma. Además, el difunto necesitaba una tumba, o "casa de eternidad", equipada con alimentos, ofrendas y una zona para los ritos de culto que aseguraran su bienestar en el Más Allá.
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