Una ONG de San Francisco ha intentado utilizar robots de seguridad para impedir que las personas sin hogar acampen en los alrededores de su sede. Tal y como cuenta el The San Francisco Business Times, ha sido el grupo San Francisco SPCA, especializado en defensa animal y adopción de mascotas, el que ha decidido intentar llevar adelante esta acción.
Según han dicho portavoces del grupo SF SPCA, tomaron la decisión de probar con el robot cuando vieron que sus empleados a veces no eran capaces de cruzar "con seguridad" las aceras debido a los campamentos que montaban los sintecho. De hecho, aseguran que desde que han estado probando el robot la cantidad de campamentos disminuyó, y hubo menos robos en la zona.
Here it is in action pic.twitter.com/nSBQUmKwk1
— Sam Dodge (@samueldodge) 9 de diciembre de 2017
El robot utilizado fue un K9 que forma parte de una flota de máquinas fabricadas por una startup californiana llamada Knightscope, y que está destinada a la lucha contra la delincuencia. El robot es una especie de huevo que utiliza láseres, cámaras, sensores térmicos y GPS para detectar actividades delictivas y alertar a las autoridades.
https://t.co/rz1AaosRo3 so @sfspca is using a security robot to “deal with” #homeless people in encampments near its mission campus? An org that helps homeless animals can’t think of a better way to respond to its homeless human neighbors?
— Red Riv (@riv_red) 9 de diciembre de 2017
A la caza del robot vigilante
Implementar este tipo de tecnologías para ahuyentar a las personas de su hogar ha provocado opiniones encontradas entre los ciudadanos. Algunos han cargado contra la organización expresando su decepción porque un grupo que cuida de los perros sin hogar maltrate así a las personas en la misma situación, pero también hay quienes se han mostrado satisfechos por haber reducido el crimen.
El robot también ha sufrido las consecuencias. Según Jennifer Scarlett, presidenta del grupo SF SPCA que puso en circulación el robot, los sintecho respondieron tapándolo con una lona, tumbándolo y poniendo salsa barbacoa en sus sensores. Hay usuarios de Twitter que incluso aseguran haber visto heces sobre él.
Finalmente, el ayuntamiento de la ciudad ha decidido poner fin a la polémica ordenándole al SF SPCA que saque su robot de las calles bajo la amenaza de recibir multas de 1.000 dólares al día si sigue operando en las aceras sin un permiso.
Habrá que ver cómo queda este asunto y si pese a la polémica el grupo animalista decide solicitar permiso para continuar operando con el robot. Lo que está claro es que este pequeño evento en un barrio de San Francisco nos ha dado una pequeña idea de algunos de los puntos más polémicos que puede traer la robótica a las ciudades del futuro.
Imagen | Knightscope
En Xataka | Lo siguiente dentro de las batallas de robots gigantes es hacer un gran torneo mundial en 2018
Ver 3 comentarios