El éxito de los smartphones ha ido aumentando año con año, por un lado, gracias al avance de las tecnologías electrónicas y por otro, gracias a la gran cantidad de aplicaciones que día a día son puestas a nuestra disposición. Durante el último año, vimos como los fabricantes empezaron a mostrar mayor interés en la protección de nuestros datos con ayuda del cifrado.
Pero la privacidad de los datos que almacenamos en nuestros smartphones, y de los que compartimos en las aplicaciones que usamos día a día es de vital interés para nosotros, los usuarios. De modo, que hoy respondamos a esa pregunta que todos nos hemos hecho algún día: ¿Son privadas las fotos y vídeos que compartimos en aplicaciones en nuestro teléfono?
El sistema operativo, las operadoras y las aplicaciones ¿protegen nuestra privacidad?
LLámese Android, iOs, Windows Phone, Blackberry OS u otro, todos los sistemas operativos móviles tienen incorporadas diversas características de privacidad, pero el que estén habilitadas o no, depende en gran medida de los fabricantes, las operadoras e incluso el usuario de cada smartphone, por lo que si están deshabilitadas o desconocemos su funcionamiento, no obtenemos ningún beneficio de ellas.
Pero, ¿qué hay de las aplicaciones y de las operadoras? Mencionemos algunas de las cosas que debemos tener en cuenta respecto a ellas.
Las aplicaciones no siempre son creadas pensando en nuestra privacidad, y muchas de ellas no son sometidas a pruebas exhaustivas para eliminar cualquier fuga de información y verificar que su código sea realmente seguro. En ese sentido, debemos siempre tener en cuenta que al instalarlas en nuestros dispositivos estamos confiando en la visión y ética de los desarrolladores, así como recordar que de acuerdo a la Red de Control Global de la Privacidad el 60% de las aplicaciones no cumplen con los requisitos mínimos de privacidad.
La seguridad de nuestros datos también depende de nuestra operadora de telefonía móvil ya que la mayor parte de los datos que compartimos pasan a través de sus redes y servicios, por lo que si éstos tienen alguna falla de seguridad nuestros datos pueden verse comprometidos.
Cómo cuidar nuestra privacidad en las apps que más usamos
Facebook, YouTube, Google Maps, Twitter e Instagram son algunas de las aplicaciones que más usamos día con día por diversos motivos: para estar conectados con nuestros amigos, para aprender algo nuevo, para llegar a nuestros destinos o para compartir nuestras fotos favoritas. Al instalarlas en nuestro smartphone les damos acceso a nuestros datos personales, a nuestra ubicación, nuestros contactos, nuestras fotografías y hasta lo que comemos.
Sin embargo, todos disfrutamos de estos servicios, por lo que es necesario que sigamos algunas reglas que nos ayuden a proteger nuestra privacidad.
Proteger nuestras cuentas de usuario con una contraseña segura que no debemos proporcionar a nadie más, y si está disponible, activar la autenticación en dos pasos que servicios como Google, Facebook, Twitter, iCloud, LinkedIn, Yahoo y otros han implementado.
Ser cuidadosos con la información que compartimos, puesto que compartir demasiada información personal puede ser riesgoso y generarnos problemas que van desde dañar nuestras relaciones personales hasta el robo de identidad,.
Todas las redes sociales que usamos y en las que compartimos mayor cantidad de datos, fotos y vídeos, tienen incorporados ajustes de privacidad que debemos conocer y configurar adecuadamente. Pero además, debemos con cierta periodicidad revisar dichas configuraciones, pues algunas de ellas, cambian constantemente.
La privacidad en las redes sociales
Facebook es la red social más usada y de mayor crecimiento alrededor del mundo y su éxito se debe en gran medida a la facilidad que ofrece de mantenernos al día con nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo. Para lograrlo, recoge una gran cantidad de información sensible, que distribuye de forma rápida y extensa a sus usuarios.
En sus ajustes de privacidad, Facebook nos permite configurar quién puede ver las fotos, los contenidos que publicamos, los Me gusta y nuestros comentarios, y nos brinda una herramienta para comprobar lo que otros ven en nuestro perfil, estén o no en nuestra lista de amigos. Además, nos permite administrar lo que otras personas publican en nuestra biografía así como autorizar que nos etiqueten en las fotos o publicaciones de terceros.
Pero, aunque configuremos todo ello, debemos siempre tener en cuenta que los datos pueden ser visibles a un público más grande del que nosotros deseemos, pues siempre existe la posibilidad que algunos de nuestros amigos estén permitiendo a través de otras aplicaciones que nuestros datos lleguen a más personas o empresas sin nuestro conocimiento. En el caso de los anunciantes, debemos saber que Facebook no comparte nuestros datos con ellos, pero nosotros lo hacemos al hacer clic en sus anuncios y comprar los productos o servicios que ofrecen.
Twitter, por el contrario, nos ofrece menos opciones en su configuración de privacidad, lo cual es entendible pues es una red social menos compleja si se compara con Facebook. Pero al igual que otras redes sociales, también es vulnerable a la difusión no autorizada de nuestra información.
En sus ajustes de seguridad y privacidad nos permite seleccionar entre diferentes opciones para el etiquetado de fotos, la privacidad de nuestros tweets que pueden ser públicos o estar protegidos y si estos contendrán nuestra ubicación, opción que viene desactivada de forma predeterminada.
Pero, si usamos Twitter en nuestros smartphones, todo esto se vuelve más complejo y puede quedar fuera de nuestro control, puesto que en Noviembre pasado tomó la decisión de recolectar datos de las apps que usamos en nuestros terminales con el fin de mejorar su algoritmo de tweets patrocinados, función que está activa por defecto en la configuración de su aplicación para móviles.
A simple vista, Instagram parece ser una red social inofensiva en lo que refiere a nuestra privacidad. Lo cierto es que poco a poco revelamos en ella una gran cantidad de información sin tener en cuenta que de forma predeterminada nuestras publicaciones son públicas. Afortunadamente, en sus ajustes de privacidad podemos cambiar nuestro perfil a privado, de modo que nuevos seguidores necesiten nuestra autorización para poder ver nuestras fotos.
No todo es tan sencillo, puesto que si estas publicaciones las compartimos en otras plataformas como Twitter o Facebook, éstas serán visibles de acuerdo a la configuración de cada una de ellas. De modo, que si alguien tiene acceso al enlace de una publicación en Instagram, podrá verla (y compartirla) sin complicaciones.
Por otro lado, a inicios de este año Instagram se convirtió en el claro ejemplo de que no podemos confiar nuestra privacidad a terceros, pues se le comprobó un fallo de seguridad que demostró que si un usuario hacía pública una fotografía y después cambiaba su perfil a privado, la fotografía se mantendría visible para todos. Si bien, este fallo ya ha sido solucionado, es una clara muestra de que la información que exponemos en nuestras redes sociales no siempre están a salvo, aunque seamos estrictos con los controles de privacidad de nuestros perfiles.
Concluyendo, en esta época en la que el auge de los smartphones y las redes sociales está al tope, debemos equilibrar los beneficios de estar siempre conectados con nuestra familia y amigos, con la protección de nuestra privacidad, y con ello, elegir que datos y contenidos multimedia dejar expuestos.
Imágenes | Pixabay, Techradar, MarketingLand
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