Noruega, uno de los países más felices del mundo, es también uno de los más felices... y eso llena de culpa a sus habitantes. Se trata de un fenómeno llamado "escandiculpa", que se puede ver reflejado en series y películas, al punto que ha llamado poderosamente la atención de académicos.
De acuerdo con la doctora Elisabeth Oxfeldt, profesora de literatura escandinava en la Universidad de Oslo, en entrevista para la BBC, este concepto hace referencia a un peculiar sentimiento de culpa que siente gran parte de la población noruega. Este proviene del contraste entre la posición privilegiada en la que se encuentran y el sufrimiento que viven los habitantes de países mucho menos afortunados.
Noruega, la "feliz"
Noruega es conocida mundialmente como uno de los países más prósperos. Posee un sitio privilegiado entre las naciones con mayor índice de PIB per cápita y gasto en bienestar social. Es dueña de una de la segunda reserva de petróleo más grande Europa, después de Rusia y goza de un superávit presupuestario (es decir, que los ingresos del país superan sus gastos). Por si fuera poco, ocupa el séptimo lugar entre los 10 países con mayores niveles de felicidad, según la SDSN. Solo basándonos en eso podemos afirmar que a Noruega le va muy bien. Pese a esto, entre sus habitantes ha surgido el sentimiento de culpabilidad por la riqueza, algo que se ha visto reflejado en los productos culturales actuales.
“Al observar la literatura, las películas y las series de televisión contemporáneas, descubrí que el contraste entre el yo feliz, afortunado o privilegiado y el 'otro' sufriente generaba sentimientos de culpa, inquietud, incomodidad o vergüenza”.
Elisabeth Oxfeldt, Universidad de Oslo
Por ejemplo, en las series dramáticas noruegas más recientes cuentan historias de miembros pertenecientes a la "clase ociosa" que dependen de sus trabajadores inmigrantes. Oxfeldt también menciona historias de mujeres que han logrado la igualdad de género en su lugar de trabajo gracias a sus niñeras mal pagadas, las cuales provenían de países pobres.
La vida imita a la ficción
Las consecuencias de estos productos audiovisuales se han trasladado a la vida real. De acuerdo con Life in Norway, a principios de este año el gobierno noruego dejó de conceder permisos au pairs procedentes de países en vías de desarrollo, principalmente Filipinas.
A grandes rasgos, au pair es un programa de intercambio cultural que otorga permisos de residencia temporal a jóvenes de distintos países para que aprendan noruego, ganen dinero y experimenten la vida en aquel país. A cambio, estas estas personas deben trabajar cuidado a los niños de las familias que los acogen.
No obstante, muchos críticos han señalado que el programa au pair está siendo utilizado por familias ricas para conseguir "mano de obra barata" y que las personas sufren explotación laboral.
No es un tema nuevo
En 2017, un artículo en la plataforma Forskning.co, perteneciente al Consejo de Investigación de Noruega, publicó un artículo titulado Típico sentimiento de culpa escandinavo, que abordaba las investigaciones de Oxfeldt y acuñaba la expresión "culpabilidad escandinava" (skandinaviske skyldfølelser).
Lo cierto es que la riqueza de Noruega no ha estado libre de cuestionamientos por parte de personas y organizaciones. A principios de este año, un informe del periódico Financial Times reveló que el aceite de salmón capturado en las cosas de Mauritania ha generado preocupación sobre la seguridad alimentaria en África occidental y ha sido calificado como una forma de "colonialismo alimentario".
Otra industria que ha sido fuertemente criticada es la del gas y el petróleo, que tan solo en 2021 representó más del 15% del PIB y casi el 67% de sus exportaciones. Con la invasión Rusa a Ucrania, las ganancias noruegas aumentaron gracias a esta industria. Por ello, se ha acusado al país de beneficiarse indirectamente del conflicto.
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