SpaceX ha marcado una nueva etapa en la exploración espacial tras el exitoso lanzamiento de la Starship este 18 de noviembre, después del desafortunado intento de abril en el que la nave terminó explotando. En esta ocasión, el desacoplamiento "en caliente" del Super Heavy con la nave salió como se esperaba, pero el propulsor explotó aunque la Starship pudo seguir su curso.
Pese a que la Starship alcanzó el espacio, y que en general el despegue se considera un éxito, SpaceX comentó que había perdido los datos de seguimiento del cohete.
"Lo que creemos en este momento es que el sistema automatizado de terminación de vuelo en la segunda etapa parece haberse activado muy tarde durante el encendido cuando nos dirigíamos hacia el Golfo de México", dijo John Insprucker, ingeniero de SpaceX, después de la transmisión en vivo del cohete.
La compañía confirmó en la transmisión en vivo que tuvieron que activar el "sistema de terminación de vuelo", que no es otra cosa que un protocolo de autodestrucción. Dicho sistema fue puesto en marcha para corregir el problema con los propulsores y evitar que la Starship se desviara de curso.
Pese a las complicaciones, este es un gran avance después del intento de hace siete meses. Esto marca un nuevo hito para la ingeniería espacial, que nos acerca cada vez más a lugares como Marte. Aunque se perdiera el Super Heavy y así como el monitoreo de la nave, el cohete espacial más poderoso a la fecha alcanzó brevemente el espacio.