Luego de completar su combustión final este lunes 4 de julio, la nave espacial CAPSTONE se dirige oficialmente a la Luna, en una trayectoria que la llevará a ubicarse en órbita alrededor del satélite para fines de año.
Este microsatélite del tamaño de un microondas, servirá para probar la estabilidad de la órbita que la NASA planea utilizar para construir la estación espacial Lunar, Gateway, como parte de las misiones Artemis, en un vuelo hasta ahora no se ha realizado en el espacio.
El largo viaje a la Luna
CAPSTONE (Experimento de Navegación y Operaciones de Tecnología del Sistema de Posicionamiento Autónomo Cislunar), fue lanzado desde Nueva Zelanda el pasado 28 de junio, tras lo que ha requerido una operación de navegación precisa para poder realizar su viaje de cuatro meses hacia el satélite. En su etapa más reciente ha logrado escapar de la influencia de la Tierra con su última quema mientras se encontraba todavía conectada a la nave espacial Photon, de la que se separó tras 20 minutos de completado el encendido.
Con este empuje, el dúo Photon-CAPSTONE aceleró hasta los 39,400 kilómetros por hora, y ahora seguirán cuatro meses de viaje para el CubeSat, que lo llevará a ubicarse hasta 1.3 millones de kilómetros de la Tierra antes de que la gravedad lo acerque nuevamente al planeta y el satélite.
Este camino mucho más largo que las misiones Apolo, que tardaban tres días en llegar a la Luna, es primero con la intención de ahorrar combustible, pues el cohete Electron solo mide 18 metros de alto y no cuenta con tanques de propelente grandes en comparación con otros propulsores.
La siguiente fecha importante para CAPSTONE será el próximo 13 de noviembre, cuando tenga que realizar un cambio en su trayectoria para ubicarse en una órbita de halo casi rectilínea (NRHO) alrededor de la Luna. Esto derivará en un camino elíptico, donde por momentos de acercará a 1,600 kilómetros del satélite y 70,000 en su punto más lejano.
El reto para el microsatélite
La gran relevancia de CAPSTONE viene por que será pionero para el Gateway, pues hasta ahora ninguna otra nave espacial ha ocupado un NRHO lunar antes.
Si la nave muestra estabilidad en la órbita, será una base importante para el programa Artemis de Exploración Lunar, pues los astronautas utilizarán la estación Espacial para realizar misiones a la superficie del satélite.
Además funcionará como test para pruebas de navegación y comunicaciones, así como las comunicaciones con el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA, para ubicarse en la Luna aunque no tenga enlace directo con la Tierra.