Un reciente estudio publicado en la Royal Astronomical Society, abre la posibilidad de la existencia de dinosaurios en planetas extraterrestres, aunque la razón no es tan descabellada como podría pensarse. No es que los dinosaurios hayan viajado de alguna manera a otro lugar, sino que la presencia de grandes niveles de O2 similares a los que había en la Tierra Fanerozoica hace posible encontrarnos con animales similares a ellos.
Según el estudio, la presencia de O2+CH4 y O3+CH4 en la atmósfera de algún planeta similar a la Tierra indicaría la existencia de una biosfera con cantidades enormes de O2 y O3. Lo anterior se traduce en la posibilidad de encontrar fauna de lo más diversa.
En palabras de Lisa Kaltenegger, coautora del estudio mencionado, encontrar algún planeta similar al nuestro y que cuente con tanto oxígeno como el presente durante el Fanerozoico, sería de muchísima ayuda para la búsqueda de vida.
"Con suerte, encontraremos algunos planetas que casualemnte tengan más oxígeno que la Tierra actualmente, porque eso hará que la búsqueda de vida se más sencilla. Y quién sabe, tal vez haya dinosaurios esperando ser encontrados".
La era de los dinosaurios
Y es que el Fanerozoico se compone de tres eras cruciales para la evolución de la vida en la Tierra: Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico. Fue durante el Mesozoico que los dinosaurios reinaron el planeta, siendo la segunda era del Fanerozoico más larga, que se vivió en la Tierra en un período entre 251 millones a 66 millones de años atrás.
Aquel periodo fue caracterizado, entre otras cosas, por las enormes cantidades de O2 que se encontraban en la biosfera del planeta. Ya hemos visto cómo a mayor cantidad de oxígeno, más probable es que encontremos vida en planetas extraterrestres, aunque la presencia de este compuesto es efímero en tiempo cósmico, lo que complica su detección.
En cualquier caso, la ciencia no descarta la posibilidad de encontrar planetas habitados por versiones alternativas de los T-Rex o los temibles Mosasaurus. Si me lo preguntan a mí, no tengo muchas ganas de encontrarme de cerca a nada ni remotamente parecido a un dinosaurio, mucho menos carnívoro. Si llegamos a encontrar vida extraterrestre, mejor que no sean reptiles de más de una tonelada.