Tal parece que en últimas fechas, las matemáticas están de moda, y hemos venido escuchando más y más de modelos matemáticos que se desarrollan para causas en las que simplemente pensábamos que las matemáticas no entraban.
Pues ahora, investigadores de la UNAM se han propuesto desentrañar un misterio de Teotihuacán, la metrópoli prehispánica, y es acerca del tipo de gobierno que tenía. Algunos historiadores y arqueólogos plantean que un solo soberano era el que ejercía el poder sobre la urbe, mientras otros tienen la idea de que pudiera tratarse de un co-gobierno, ahí es donde entran las matemáticas.
Este modelo matemático desarrollado en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) y en el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de nuestra máxima casa de estudios, apoya el que haya existido un co-gobierno que estuviera integrado por personas egoístas de alto nivel social, logrando una autogestión óptima, y va más allá, pues los números sugieren que la no existencia de un control centralizado o mucha burocracia.
Los creadores de este modelo son Tom Froese, Carlos Gershenson y Linda R. Manzanilla. La base es el trazado de la ciudad, específicamente los conjuntos de tres templos, de los cuales se han identificado 22 en los 20 km de la ciudad.
Cada una de estas estructuras identificaba un barrio, una división administrativa, y posiblemente estuvieran integrados por migrantes. Estos templos les permitían llevar a cabo cultos, y dedicarse a labores de comercio o trueque.
Basados en una red neuronal (el modelo de la Red de Hopfield), los conjuntos se representaron en este modelo matemático, donde cada neurona está conectada con las demás, adaptándose y retroalimentándose hasta alcanzar un equilibrio.
Tom Froese explica que esos conjuntos se representaron como nodos con una fuerte interconexión, y si esto lo traducimos en palabras más llanas, podríamos decir que cada templo tenía un representante, y los tres de un conjunto representaban un barrio, así, el poder estaría repartido entre 66 gobernantes, que se conectaban para hacer intercambios de todo tipo con los demás nodos, logrando un gobierno no-centralizado.
En otra versión del modelo, se integran cuatro distritos, y los conjuntos de cada distrito tenían mayor coordinación entre sí. El ritual según sugiere la Dra. Manzanilla era la fuerza unificadora, que permitía la existencia de una comunidad que sabía estar en paz con sus vecinos.
Las pretensiones de este modelo son el hacer evidente el comportamiento de los barrios, el cambio de las conexiones entre ellos a través del tiempo y las escalas de tiempo entre rituales, ya que esto permitió que en la ciudad de Teotihuacán, la autogestión fuera una realidad y no una utopía.
Las matemáticas no han sido jamás de mis materias favoritas, pero no dejo de reconocer que son esenciales en muchas áreas de la vida, especialmente en aquellas que menos pensamos.
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