De acuerdo a un estudio que acaban de hacer público especialistas del Servicio Geológico de Estados Unidos y la Universidad Estatal de San Francisco, la presión en la falla de San Andrés sigue en aumento, lo que provocaría que un terremoto de magnitud 7.1 sea inminente.
De acuerdo a lo presentado, en particular cuatro sectores situados en las cercanías de la falla de San Andrés en California han logrado almacenar suficiente energía en los últimos años como para producir uno o varios terremotos.
Los cuatro sitios que han encontrado que están especialmente vulnerables pertenecen a la mitad occidental de California, zona que ha registrado cada año un movimiento al noroeste, alejándose del resto de Norteamérica a razón de 5.08 centímetros por año. Al igual como pasa con la zona de Baja California en México que se desplazan a una razón de 6 centímetros por año.
Sin embargo, Estados Unidos no solo está el riesgo, sino también los más de 2,000 kilómetros por donde se desplaza la falla de San Andrés. Ya que a decir de los especialistas parece que se encuentra trabada, lo que significaría que no está ocurriendo ningún movimiento de alivio en esos tramos, es decir, su desplazamiento es menor a un milímetro por año. Provocando que la presión en estas zonas se esté concentrando.
Los resultados del estudio de la falla de San Andrés se dieron a conocer después de analizar por 35 años el desplazamiento del terreno y los elementos que ayudan al desplazamiento de la tierra en la zona por donde corre dicha falla.
Sin embargo, en México también hay cierto riesgo de heredar parte de estos males ya que en el país se encuentra la llamada Brecha de Guerrero que tampoco ha liberado la suficiente energía desde hace 100 años. Y que en comparación con California donde el último gran terremoto ocurrió en 1868, en todos los sitios se encuentran muy cerca de su tiempo para comenzar a liberar energía.
Vía | seismosoc