Muchos son los avances que parecen prometernos una solución a las limitaciones de las baterías actuales, y ahora surge un desarrollo del MIT que se centra en uno de los aspectos clave de las baterías de ión litio: el hecho de que son inflamables y una vida útil limitada.
El secreto de estas nuevas baterías estaría en la termopotencia, que permite aprovechar variaciones progresivas de temperatura en nanotubos de carbono para lograr generar una corriente eléctrica que tras años de investigación empieza a ser de lo más prometedora.
La sacarosa, elemento clave
El equipo de investigadores que lleva tiempo investigando este principio ha logrado multiplicar por 10.000 la intensidad de la corriente eléctrica que se logró en los primeros experimentos, algo que por fin hace que este tipo de baterías puedan presentar una alternativa a las baterías convencionales basadas en litio.
Estas baterías tienen limitaciones importantes, como el hecho de que se basan en materiales potencialmente explosivos, como hemos visto en numerosos casos. El material utilizado para las baterías de nanocarbono es nada menos que la sacarosa o el azúcar de mesa, mucho más seguro y que de hecho podría sustituirse por otros materiales igualmentete seguros pero que ofrecieran aún más eficiencia energética.
Otra de las ventajas de estas baterías es el hecho de que no pierden capacidad energética al pasar el tiempo, algo que sí ocurre con las baterías de litio. Su utilización en wearables es igualmente interesante -las baterías convencionales presentan también problemas en dispositivos de pequeño tamaño- y eso hace que los ingenieros e investigadores del MIT sean optimistas pero cautos: tardaremos años en ver productos comerciales con este principio... si es que llegamos a verlos.
Vía | MIT News
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