Samsung está repensando estrategias: no solo lanza toda la nueva familia A inundando la gama media en la primera mitad del año (y por cierto, muy cerca del estreno de la nueva familia M), sino que además se atreve a popularizar tecnologías y llevarlas la gama media que tanto nos gusta en México.
Desde el sensor de huellas a partir del A50, pasando por la incorporación de notch de gota en todos sus terminales de la serie A, el más llamativo sistema está en esa cámara rotatoria que, aunque hemos visto en otros lados, tiene un muy buen tiempo que no vemos en México.
En mayo próximo será lanzado el A80, el smartphone que incorpora el mecanismo de cámara rotatoria, pero que además tiene mecanismo deslizante. Combina ambos para consolidarse como un dispositivo que no hemos visto antes en el país, en una apuesta tanto curioas, como arriesgada. De precios ya hemos hablado, así que este texto está pensado para contar la breve experiencia que hemos tenido con la apuesta más curiosa de Samsung en la primera mitad del año para México.
El experimento
El Galaxy A80 es un dispositivo con cuerpo de cristal, con curva trasera para encontrar el lateral, y una enorme (de verdad enorme) pantalla de 6.7 pulgadas sAMOLED sin notch de ningún tipo. Tanta tecnología en cámaras sería poco si la pantalla no deslumbrara, y por eso es obvia la opción el panel AMOLED, para ganar los beneficios de brillo, saturación y color que conlleva.
Pero tanta delicadeza me ha transmitido fragilidad: el Galaxy A80 es enorme, lo que sin duda repercute en el margen de maniobra. Aquí la ventaja más destacada de los sofisticados sistemas para ocultar y mostrar la cámara es un arma de dos filos, y especialmente un terror para las manos pequeñas. La experiencia de sujeción sin embargo, no es la peor, puesto que la ligera curvatura que tenemos en la parte posterior da algunas seguridades, y se auxilia de un marco metálico en los laterales.
Aún así, no apostaría nada a que ni el sistema mecánico y el de rotación de cámara resulte intacto ante una buena caída.
El Galaxy A80 no es el nuevo tope de línea de Samsung. No intenta reemplazar a la familia S o a la familia Note, aunque sí es interesante cómo se relaciona con el menor de los S10, el S10e, dadas sus cercanías en precio y algunas configuraciones, más no en procesador. 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento son las capacidades del A80, en donde falta aún por confirmar la presencia de un Snapdragon 7150.
En cuanto al módulo fotográfico, este se compone de la siguiente manera: 48 megapixeles para la cámara principal (f/1.7), un sensor de profundidad, una cámara de 8 megapixeles (f/2.2) ultra gran angular de 123 grados, y un flash LED.
El sistema de rotación se activa, como podría pensarse naturalmente, al pedir se nos muestre en la interfaz la toma de la cámara delantera. Y entonces sucede: acompañado de un sonido robótico, no muy audible, pero sí más sonoro de lo que yo había esperado, de la parte superior del reverso la tapa crece para superar a su contraparte frontal, y ahí en el borde que ganamos, nos sonríe de frente un apartado compuesto por varias cámaras que hasta hace tres segundos veían hacia atrás.
El alto del smartphone ha cambiado, y la posición de las cámaras también.
En nuestra cuenta de Instagram hemos subido fotos y un video con el funcionamiento de la cámara rotatoria:
El video "revela" parte del funcionamiento del sistema mecánico. En vez de que toda la tapa posterior se deslice, esta ha sido dividida en dos. Es la franja que los conecta, el secreto del deslizamiento.
Una vez que hemos comenzado a ejecutar el sistema, no hay vuelta atrás, estamos atrapados en las ansías por ver a las cámaras asomarse por el superior del dispositivo, para volverse a ocultar. La duración de cada acción no debe ser mayor a la de segundo y medio, en donde primero se despliega el sistema mecánico, y una vez que la cámara tiene un margen de maniobra, ejecuta su voltereta rápidamente.
Ahora, como en cada sistema mecánico, la durabilidad es un tema. A pregunta expresa, Samsung nos ha respondido que no tiene calculado un aproximado de acciones que tendrá de vida el mecanismo, pero asegura que lo han sometido a pruebas muy arduas, y que si no pudieran responder por él, no lo pondrían a la venta.
La buena noticia es que tendrá una funda, la mala noticia es que aún no sabemos cómo luce, y si protege por todos los frentes a tan curioso espécimen.
Y desde luego, podemos irnos olvidando del desbloqueo facial. La naturaleza del Galaxy A80 radica en que no tiene cámaras frontales, y que solo cuando las necesitemos activemos este sistema por las que las traseras se convierten en delanteras. Pero hacer eso para cada desbloqueo del teléfono sería todo, excepto práctico.
Desafortunadamente es la calidad es las cámaras la que no hemos podido poner a prueba dado el acotado tiempo que hemos tenido con la unidad. Solo nos ha sido dado el estrictamente necesario para comprobar que el mecanismo funciona, y que demos un repaso por los acabados del dispositivo.
Eso sí, hemos podido notar que los resultados no distan de las expectativas, con colores bien representados, sin dilemas por el contraste, aunque sí con un asunto con el enfoque que nos ha dado problema, aunque, el que estemos tratando con un prototipo, puede ser la razón del problema.
No solo de cámara rotatoria vive el A80
En los escalones naturales de la familia A, el A80 es el hermano mayor de todos, y por tanto tiene otras tecnologías reservadas a a solo algunos modelos de la serie. Vemos por ejemplo la incorporación de un sensor de huellas en pantalla (óptico, tal y como en el A50) y hasta 30 escenas por reconocer en la inteligencia artificial de la cámara.
La batería es de 3,700 mAh, que acompañado de la carga rápida de 25W no habrá de ser un problema, aunque solo por si las dudas habrá que estar al pendiente del consumo energético del sistema mecánico.
Además, destaca que el Galaxy A80 no tiene una bocina frontal, el altavoz se esconde debajo de la pantalla, en la parte superior, colocado estratégicamente para cuando se trate de llamadas. Según Samsung, cuando es sonido multimedia, el altavoz de la pantalla da el acabado de Dolby Atmos, pero la salida física sigue siendo la del inferior, y en nuestras pruebas hemos constatado que no hay audio proveniente de ninguna parte de pantalla. El asunto habremos de ponerlo a prueba a detalle cuando obtengamos un terminal para análisis.
En suma, si dejamos solo por un momento del lado el obvio elefante en el cuarto que tiene la capacidad de rotar, el Galaxy A80 se vislumbra como un monstruo de relación especificaciones/precio, con una gigantesca pantalla AMOLED, una gigantesca capacidad para su cámara principal, pero un procesador que puede lucir algo corto. Su precio sugerido es de 15,999 pesos, sí, el mismo precio de lanzamiento que el s10e que contaba con el procesador más avanzado de la casa.
El Galaxy A80 no solo retoma el concepto de cámara rotatoria para el mercado mexicano, es el más reciente posicionamiento de Samsung para la gama media alta. Al menos así le presume la empresa, aunque su precio luce más de gama alta. De apariencia tanto frágil como elegante, mi mejor esperanza es que no termine siendo el cúmulo de nuevas buenas intenciones, y que más allá de su éxito o fracaso comercial, Samsung esté decidido a arreglar las cosas en la gama media con toda la familia A. Al final, como siempre decimos, no hay nada mejor para el usuario que la buena competencia.
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