La mayor parte de los vehículos de para transporte público que circulan en nuestro país tienen motores de diesel, sin embargo, un grupo de emprendedores en Guadalajara ha diseñado una forma de convertir esos vehículos a eléctricos para evitar la contaminación atmosférica y ser cero emisiones.
Actualmente adquirir un camión nuevo con motor eléctrico cuesta entre 10 y 12 millones de pesos, y uno con motor diesel cuesta solo un millón de pesos. Para realizar la conversión del primer vehículo se contó con un fondo de 4.5 millones de pesos por parte del Conacyt.
Esta conversión del vehículo permitirá ahorrar hasta un 70% de los costos de operación del mismo, ya que como sabemos, con la tecnología actual, el mayor costo corresponde a la compra de combustible.
Ventajas de ser eléctrico
Entre las ventajas señaladas por los emprendedores, es que el vehículo se vuelve silencioso y además las emisiones de calor que en un vehículo a diesel pueden llegar a 100 grados centígrados cerca del habitáculo del conductor, se reducen a entre 50 y 60 grados, el manejo es como si fuera un vehículo con transmisión automática.
Este vehículo convertido cuenta con un sistema que funciona como motor durante la aceleración y como generador eléctrico durante el frenado, lo que permite recuperar gran parte de la energía que se utiliza al acelerar.
El motor montado en el prototipo, un camión Mercedes Benz Boxer 50 modelo 2003, cuenta con 340 caballos de fuerza, 240 kW y una batería de litio que le permite una autonomía de 60 kilómetros a una velocidad máxima de 100 km/hr con un peso de 11 toneladas. Este motor necesitará mantenimiento cada 200 mil kilómetros, en tanto un motor de diesel lo necesita cada 15 o 20 mil kilómetros.
El licenciado en diseño industrial Alfonso Hernández Olmos, estima que la tecnología desarrollada por él podría empezar a comercializarse en el país a partir de agosto del presente año. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara, pronostica que el retorno de inversión sería alrededor de 4 años, lo cual podría ser atractivo y beneficioso para los transportistas.
Sin embargo no todo es tan sencillo, pues al ser limitada la autonomía de los sistemas eléctricos habría que modificar algunas rutas y contar con la colaboración del gobierno para poder llevar a cabo este proyecto que representaría un impacto ambiental positivo para los tapatíos.
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