El primer semestre de Huawei fue uno muy movido, con los lanzamientos en México de la serie P que siguen dando de qué hablar. Dispuestos a no dormirse en sus laureles, la nueva apuesta del cada vez más gigante chino es la renovación de la serie Mate, la cual dio tan buenos comentarios el año pasado. Con una barra tan alta, ¿Huawei podrá ponerse a la altura?
Por ahora la respuesta a esa pregunta tan general quedará aún en duda, pues nos quedan pocos días para conocer los nuevos estandartes de la línea, cómo se distinguirán entre ellos, de sus predecesores, y de otros smartphones del catálogo de la empresa, pero es ahora cuando ya hemos podido probar el más pequeño de la serie Mate, que modestamente se lanzó hace algunos meses y que está por llegar a México el próximo 18 de octubre.
Luego de una semana con él, este es nuestro análisis a fondo.
Mate 20 Lite | |
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DIMENSIONES FÍSICAS | 158.3 x 75.3 x 7.6 mm |
PESO | 172 gramos |
PANTALLA | 6.3 pulgadas IPS LCD |
RESOLUCIÓN | 1080 x 2340 pixeles |
PROCESADOR | Kirin 710 |
RAM | 4 GB |
ALMACENAMIENTO | 64 GB |
BATERÍA | 3,750 mAh |
CÁMARAS | Cámara trasera: 20 megapixeles + 2 megapixeles. Cámara frontal: 24 megapixeles + 2 megapixeles |
SISTEMA OPERATIVO | 8.1 Oreo con EMUI 8.2 |
CONECTIVIDAD | WiFi 802.11 a/b/g/n/ac, 4G LTE, Bluetooth 4.2, GPS |
PRECIO | 7,499 pesos |
Tenemos que hablar del elefante de cristal en la habitación
Primera sorpresa: la versión ligera de los Mate se ha pasado al lado del cristal. Es un salto algo atrevido tomando en cuenta que su diseño fue muy bien recibido el año pasado, un diseño en el que predominaba el metal. En efecto tenemos un cristal totalmente plano para el reverso, salvo cuando nos acercamos a los marcos. Es ahí cuando la tapa trasera toma un ligero desvío para encontrarse con los marcos que son de una curvatura tremenda.
En los lentes traseros tenemos la segunda sorpresa, pues estos han sido separados, y aunque siguen sobresaliendo del límite del reverso, cada uno lo hace de forma independiente. En el arreglo de estos sensores está uno de los detalles que harán a este Mate 20 Lite distinguible entre el resto de los móviles del tan amplio catálogo que tiene ya Huawei, con ayuda de la clara influencia de la edición Porsche del Mate 10 del año pasado.
Finalmente el flash LED se ha acomodado ahora a un costado de los dos lentes, y por debajo de ellos, a una muy breve distancia, localizamos el sensor de huellas.
A todas estas modificaciones el azul que hemos probado responde muy bien. Es, de los terminales Huawei que he probado este año, el de con acabado más sobrio, aún cuando el tono de azul no difiere tanto del visto en el P20 Lite. Ayuda que este se siente mucho más robusto y sólido que el que conocimos en la primera mitad del año.
EL Mate 20 Lite tiene varias diferencias como vemos de su antecesor en el reverso, pero estas continúan para el apartado frontal, en donde tenemos un mejor aprovechamiento de pantalla, le decimos adiós a la palabra "Huawei" (ya era hora) y sí, tenemos notch. Todas las modificaciones han resultado en que, aún con una pantalla de casi media pulgada más grande, en el Mate 20 Lite tengamos un crecimiento en altura de apenas dos milímetros.
En ancho también hemos crecido otros dos milímetros para llegar a los 75.3 mm. lo que le hace ser más ancho que el Nova 3 que tiene el mismo tamaño en pantalla. Finalmente en grosor tenemos incremento casi imperceptible de 0.1 milímetros, lo cual se agradece bastante pues de haber sido más grande ya sería un importante factor en contra de la maniobrabilidad del dispositivo.
El tocar por primera vez el Mate 20 Lite da la sensación de estar cargando un dispositivo bastante más premium del lugar en que se mueve este teléfono, quizás a consecuencia de la robustez que ya mencionamos transmite el smartphone. Aún así, en un acto de arrojo del que hasta ahora no me he arrepentido, he manejado el Mate 20 Lite por 7 días totalmente sin funda, sin que llegara a visitar el suelo en alguna ocasión.
Desafortunadamente esa sensación de robustez se topa de frente con el hecho de que no cuenta con ninguna certificación contra agua y polvo, por lo que deberemos tener mucho cuidado con cómo y dónde jugueteamos con el móvil.
Finalmente tenemos como es costumbre en el polo superior la bocina principal, el puerto de carga Type-C y el jack 3.5 milímetros. En el costado izquierdo los botones de bloqueo y para subir y disminuir el volumen destacan algo más que el promedio, y he encontrado que en el equipo que he probado los tres botones bailan ligeramente de costado a costado a la menor provocación, sin que se active la función de cada uno.
Ahora, con tanto lanzamiento en un rango de precios algo acotado, es natural que muchos nos hayan manifestado sobre las distinciones particulares entre el P20 Lite, el Mate 20 Lite y el Nova 3. De entrada ese es el acomodo que tienen los dispositivos de acuerdo a sus especificaciones, primero el P20 Lite, después el Mate 20 Lite, y por último el Nova 3.
Para que tengan una idea clara del Mate 20 Lite, este es el más ancho, alto y grueso de los tres.
Una pantalla sospechosamente familiar
Las pantallas están creciendo rápidamente. El año pasado ya celebrábamos el salto a la relación aspecto 18:9, y ahora el nuevo vástago celebra la llegada a la serie del 19.5:9, producto claro de ese notch, que ojo, es más chico que el del Nova 3 debido a que aquí no tenemos cámara infrarroja para la detección facial.
La pantalla es LCD de 6.3 pulgadas con resolución 1080 x 2340 pixeles, lo que resulta en una densidad de 409 pixeles por pulgada, exactamente la misma que del Nova 3.
La pantalla es cumplidora, siempre y cuando no se le busque de más, pues muy lejos está de ofrecer los negros que una pantalla AMOLED puede. Eso sí, en su configuración por default los blancos son algo cálidos, aunque tampoco es nada que no pueda solucionar las opciones que ofrece Huawei en torno a la reproducción de color.
En el menú las configuraciones disponibles se nos permite ocultar el notch con ayuda de las dos barras negras que se colocan a sus costados en caso de activar la opción; también podemos activar y programar el descanso visual, donde las tonalidades frías se eliminan para que podamos descansar mejor por las noches; finalmente también podemos ajustar la resolución en pantalla para cuidar mejor de la autonomía, que como veremos más adelante, pocos habrán de echar mano de esta opción para llegar al final del día.
El audio ha quedado relegado a un papel secundario en el Mate 20 Lite. El sonido solo es audible por la bocina inferior, no contamos con sonido estéreo y el volumen dista de ser el necesario si estamos en un lugar con mucho ruido de fondo. Aún así la ecualización no es mala, y esos agudos molestos que son tan usuales en un teléfono no me los he topado saliendo de la bocina.
En software también nos quedaremos algo cortos, puesto que no contamos con ecualizador para la bocina. Solo cuando conectamos audífonos podemos acceder al menú de "Efectos de Sonido Huawei Listen", en donde tenemos tres opciones: "audio 3D", "natural" y "estándar". El primero da sensación de profundidad con algunos trucos en medios y graves, el segundo dice "priorizar el sonido auténtico" y el último permite ahorrar energía.
La única configuración adicional es la selección de tipo de auriculares.
Rendimiento: el estreno del Kirin 710 en la serie Mate
Este es uno de los pocos apartados que no comparte ni con la versión ligera de los P20, ni con el recién llegado a México Nova 3, puesto que al móvil le da vida un Kirin 710, el nuevo chipset de la casa enfocado en la gama media, construido a partir de un proceso de 12 nanómetros. Acompañan en la versión que llega a México 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento interno.
Ocho núcleos corren se acomodan al interior del microprocesador cuatro de ellos Cortex A73 con velocidad reloj de 2.2 GHz y cuatro más de Cortex A53, con velocidad reloj de 1.7 GHz. En experiencia de uso esto se traduce en transiciones fluidas y casi ningún lag cuando interactuamos con varias aplicaciones a la vez, pero tampoco he notado un gran salto entre el Kirin 659 del P20 Lite y este.
Terminar una partida de PUBG sin que el móvil se acerque a incendiarse es totalmente posible. Sí hay un calentamiento notable en el reverso, al costado derecho de los dos sensores de la cámara (si se ve el teléfono por detrás), pero tras 20 minutos de juego sigue sin tener temperaturas que al tacto preocupen.
Huawei lo está haciendo bien en las baterías
Cada vez podemos ver más apuestas por las baterías que superan los 3,500 mAh, y siempre es grato encontrarlas en el sector de la gama media. Su desempeño es otra historia. La batería del Mate 20 Lite no está tan por encima del promedio, pero ya es una buena noticia que no tengamos problemas cuando está cargando con el nuevo 710.
En un día promedio he alcanzado 4 horas con cincuenta minutos en pantalla con aún el 30 por ciento de la batería. Desde luego que no esperaríamos mucho menos de una pila con semejantes números, pero siempre por si acaso, tenemos la tecnología fast charge de la casa que alcanza para cargar 30 por ciento del total de la batería en 30 minutos.
Para quien quiera estirar al máximo de la batería y está dispuesto a ceder prestaciones siempre tenemos disponibles los modos de "Ahorro de Energía" y "Modo de Ahorro de Energía Ultra", nunca muy recomendables si uno está constantemente atento al teléfono, pero que podrían sacar del apuro a más de uno ante la falta de cables, clavijas y contactos cerca.
Adicionalmente la opción de 'Inicio de aplicaciones' permite encontrar aplicaciones que gastan demasiada batería, e incluso puede restringir reinicios a ciertas aplicaciones. Las operaciones pueden hacerse de forma automática para todas las apps o solo para las que seleccionemos. A su vez podemos dejar por default esta modalidad y solo operar manualmente las elegidas. Así las posibilidades para controlar el consumo energético son vastas.
Cámaras
Cuatro sensores, con la mitad de ellos dedicándose exclusivamente a los efectos de desenfoque. con 24 y 2 megapixeles al frente y 20 y 2 megapixeles en la trasera, es claro que Huawei sigue apostando por los retratos, y aplicarle desenfoque a lo que se mueva (en segundo plano).
La interfaz es exactamente la misma que con la del Nova 3. Nos despedimos solamente del retrato cinemático que añade dos barras a los costados del encuadre, y la opción de los emojis que se plantan encima del rostro está en otra ubicación. Así de mínimos son los detalles que hay.
Adicionalmente en el apartado de "Lente AR" hay una buena variedad de efectos, fondos y filtros animados, para quien guste de tomar videos cortos para subirlos a Instagram o Facebook.
La buena noticia para muchos será que no nos despedimos del HDR Pro en la cámara frontal ni de la inteligencia artificial, pero la mala es que tenemos también las limitaciones que encontramos en el Nova 3. La inteligencia artificial no se dispone para la cámara trasera cuando de retratos se habla y el HDR Pro solo está disponible para la cámara delantera.
Lo intuíamos desde los enfoques y casi lo confirmaba que el sensor frontal es mayor al trasero, pero ya es un hecho: Huawei en el Mate 20 Lite sigue dando favoritismo a las selfies.
Basta de charla y vamos a las pruebas.
Los vicios de la inteligencia artificial
Como en el Nova 3, he creído conveniente comprobar la efectividad de la inteligencia artificial en diferentes situaciones, al ser uno de los principales fuertes de venta del software en cámara. Y los resultados son tan disparejos que es difícil emitir un veredicto concreto.
Sucede que por el reconocimiento de escenas, la inteligencia artificial es más o menos agresiva dependiendo de lo que se esté capturando. Comencemos con la foto de atardecer. Evidentemente tenemos más exposición y más contraste, lo cual en la parte del puente se ve relativamente bien, pero en las plantas del camellón el efecto se torna algo irreal.
Las plantas son la kriptonita de la IA del Mate 20 Lite. Los tonos saturados convierten a casi especie en una que tiene toda la pinta de ser venenosa.
Por el contrario, cuando se trata de días despejados y poca nubosidad, los resultados son muy naturales. En este caso la construcción amarilla del costado delata que los colores originales han sido alterados, pero de no existir, el cielo de la inteligencia artificial es un maravilloso cielo en un día primaveral de mucho sol.
En donde de nuevo no ayudará la la IA será en tomar fotos con nubes cargadas. Si quieres transmitir la sensación de pesadumbre de una tormenta avecinándose, la IA no es la opción, pues lo más probable es que terminemos con nubes radioactivas con contenido dudoso.
Ya notamos el tema de las plantas, pero, ¿y si colocamos un rojo vibrante a lado de un jardín? La foto a continuación demuestra que la IA tiene predilección por destacar algunas tonalidades, y que hace un buen papel en reconocer las partes de una foto que "requieren" tratamiento de las que no. El rojo de la etiqueta tiene tratamiento, pero nada como el que recibe el pasto de fondo.
Pasemos a la cámara frontal. Al menos en condiciones de baja luminosidad y con bastantes personas a cuadro los efectos se limitan bastante. Este es quizás uno de los mejores resultados. Recibimos tratamiento en zonas muy acotadas, y nos quedamos con las zonas que son muy oscuras, casi tan oscuras como al inicio, con lo que evitamos la aparición de grano.
Al parecer la inteligencia artificial hace un buen trabajo en el reconocimiento de piel, y suele ser más delicado con sus efectos. Ojo que no ocurre igual para todas las personas que salen a cuadro, pero en mayoría los resultados son efectivos.
Una más con las cámaras frontales que llegan a confirmar lo dicho. Las condiciones lumínicas no podrían ser más distintas, pero los efectos de la IA están bastante limitados en la piel. De nuevo vemos ese gran trabajo con el cielo y aquella tendencia a volver al pasto de otro mundo.
Un detalle que vale la pena subrayar aquí: los efectos de esta inteligencia artificial no están auspiciados por la Unidad de Procesamiento Neuronal del Kirin 970. Aunque yo no he notado una enorme diferencia en ambos efectos, al activar y desactivar los efectos de IA en fotos después de tomarlas sí he tenido algunos glitches y ralentizaciones.
Pasando esta etapa es que hemos migrado a añadir efectos de HDR Pro y bokeh, para combinarlos con los de IA. Solo para hacerlo más interesante la prueba es de noche, con solo un poste de luz potente de frente solo apto para pruebas como esta. Favor de no intentar esto en casa.
La primera comparación es de una selfie convencional contra la IA y modo bokeh activado. ¿Ven la diferencia? Nosotros tampoco, o casi. Al parecer la IA ha deliberado que no tiene mucho que optimizar en la fotografía más que los escasos milímetros cuadrados de tono azul que se ven en el costado izquierdo.
Pero no es lo único que hay que notar en la foto. He encontrado que el cabello chino puede ser todo un reto para este efecto bokeh, pues encima de mi frente se alcanzan apreciar algunas distorsiones.
El asunto empeora cuando activamos HDR Pro. En general tenemos una toma bastante más luminosa, pero también nos encontramos con algunas zonas quemadas. Tanto en este ejemplo como en el anterior la IA no ha metido las manos para aclarar aunque sea un poco el cielo en el marco superior izquierdo.
Tanta luz además le ha resultado un problema al modo bokeh, pues parece hallar que la mitad de mi cabello no me pertenece y es algo que está en algún otro lado como fondo de la toma.
No es que sean tan comunes, pero sí nos hemos encontrado en varias ocasiones con esas distorsiones del bokeh en el cabello.
Esos son los resultados de dejar al software encargarse de absolutamente todo: tanto de la captura, como del reconocimiento de planos, como de la aplicación de efectos. Sin embargo si cambiamos al modo apertura, aquel que después de capturar nos deja imitar efectos de cierre o apertura de diafragma sobre puntos muy localizados de la foto, nos encontramos con mejores resultados.
Desafortunadamente el modo apertura solo está para la cámara trasera, por lo que he tomado capturas de objetos.
Ese segundo sensor parece trabajar mucho mejor cuando le dedicamos a capturar toda la información posible, y le encargamos el procesamiento de lo que necesitamos posteriormente.
Finalmente, los efectos de inteligencia artificial pueden activarse o desactivarse a voluntad luego de tomar una foto, pero esta debió haber sido tomada con la IA activada. Lo mismo ocurre con el modo apertura, solo podremos manipular una foto como lo he hecho en estos últimos ejemplos si desde el inicio capturamos con esa modalidad.
Para terminar, algunas fotos extra que he tomado con el Mate 20 Lite.
Software
Android Oreo 8.1 empaquetado, como no podría ser de otra forma, en EMUI 8.2 de la casa. Las críticas son las usuales: Huawei aún podría darle una manita de gato a su interfaz para hacerla más intuitiva, pero la verdad, es que si hablamos fuera de Android puro, esta es una de mis favoritas.
Destaco que aunque por default el launcher agrupe todas las aplicaciones en las ventanas en el escritorio, y elimine la opción de tener un cajón de aplicaciones, la alternativa siga pudiendo activarse desde el menú de configuraciones.
Por lo demás, Huawei continua insistiendo en el montón de servicios adicionales que ofrece de la mano con tener una cuenta con la empresa. El más notable (y molesto) es HiTouch, por el que cada vez que coloquemos dos dedos en pantalla se nos sugerirá descargar la app de Amazon Assistant para reconocer los productos que se están mostrando en ese momento.
La característica solo puede desactivarse desde el apartado de accesibilidad.
La opinión de Xataka México
El Mate 20 Lite se siente desde fuera como una evolución natural. De maneras creativas encuentra la forma de prevalecer con los sellos de la serie, lo cual le resulta en todo un acierto en tiempos en donde no pocos lectores de este sitio continúan preguntando, confundidos y con justa razón, qué hace distinto a un smartphone de otro de Huawei.
Pero lo que se ha hecho tan bien en el exterior, tiene sus flaquezas cuando nos metemos a inspeccionar las entradas del dispositivo. No tenemos certificaciones contra polvo y agua, tenemos un nuevo chipset, pero lo que le aventaja al anterior es imperceptible y las cámaras tienen un sabor agridulce: según las situaciones pueden ofrecer resultados bastante buenos o efectos que nos obligarán a tener que repetir la toma, y ni hablar de las deformaciones y ralentizaciones por no tener una NPU dedicada para los efectos.
Para matizar, el diseño del Mate 20 Lite es bastante llamativo. Su batería no dejará tirado a casi nadie, y ese chip tiene buena pinta ser suficiente para jugadores ocasionales.
La buena noticia también es que el Huawei Mate 20 Lite demuestra que el empeño de Huawei por llegar a todos lados le está haciendo democratizar las funciones o aspectos más llamativos de sus smartphones rápidamente. La tendencia es clara: el cristal ya no es solo de la gama alta, cada vez más sensores se incorporan a su gama media, nuevos chips están llegando, y hasta el diseño de la exclusiva versión Porsche del Mate 10 Lite ahora puede conseguirse sin tener que vender un órgano.
La pregunta que sigue es la obvia: ¿qué tanto del espíritu del Mate 20 Lite podremos encontrar en sus hermanos mayores?
8.6
A favor
- A Huawei le sienta bien el cristal. Además al Mate 20 Lite le sientan bien los tonos sobrios.
- Una batería que es difícil no llegue al final del día.
- El modo apertura de la cámara que supera las expectativas.
En contra
- No se percibe un gran salto del Kirin 659 al Kirin 710.
- Una inteligencia artificial que aún se siente le falta inteligencia para aplicar efectos en fotos.
- La falta de opciones para la cámara trasera.