El día de hoy, AMD ha presentado su más reciente arquitectura, llamada RDNA 3 y que liderarán al nuevo hardware de la empresa para potenciar el poder de sus tarjetas gráficas. La RDNA 3 llegará con un incremento del 165% de transistores por milímetro cuadrado en comparación con la RDNA 2.
Además, son la primera arquitectura diseñada con chiplets, es decir, paquetes de chips bajo un mismo die que cumplen con diversas funciones. Contará con un ancho de banda de 5.7 TB/s y con un total de 58 mil millones de transistores que ayudan a escalar hasta los 61 teraflops.
RDNA 3 contará con un sistema optimizado de raytracing de segunda generación que será acelerado por inteligencia artificial, esto mejorará en un 50% el rendimiento registrado por la RDNA 2 a la hora de calcularse por cada unidad de control.
El nuevo caballo de batalla de AMD
Dicha arquitectura será implementada en las AMD Radeon RX 7900 XTX, que según las pruebas de la compañía, logran mover títulos como 'Call of Duty: Modern Warfare II' a 139 FPS, 'God of War' (2018) a 98 FPS o 'Doom Eternal' con raytracing a 135 FPS.
Pero eso no es todo, pues las RX 7900 XTX están diseñadas para mover juegos en 4K haciendo uso del raytracing y su aceleración por IA e incluso escalar hasta un posible 8K a 165 Hz a través del codec AV1. Aparentemente, han mejorado su proyector de color para presentar mejores imágenes con hasta 68 mil tonalidades y diversos ajustes para tener una "increíble eficiencia de energía, acústica y efectos térmicos".
Además, también presentaron el FSR 3 o Fidelity Super Resolution 3.0 con el cual seguirán su puja contra NVIDIA y su DLSS. Dicho sistema ayuda a mejorar la calidad de imagen y los FPS pero sin hacer uso de Machine Learning. Esta nueva versión del FSR llegará con una "tecnología de movimiento fluido de cuadros", pero no dieron más detalles al respecto sobre su funcionamiento.
Sin lugar a dudas, AMD y NVIDIA están presentado sus armas para el futuro y demostrar qué tarjetas gráficas dominarán sobre el mercado. De momento solo podemos confirmar que siguen haciendo avances realmente significativos y que cada nuevo chip o GPU intenta superar por un amplio margen a los anteriores, cumpliendo la ley de Moore en la que aproximadamente cada dos años, se duplica el número de transistores en los microprocesadores .