Era 1996, un año donde no existía el internet, los celulares parecían ladrillos y los niños todavía podían salir a la calle a jugar. Fue en esa época cuando Aki Maita decidió inventar el Tamagotchi, un pequeño aparato electrónico que tenía una forma de un huevo que nos mostraba en la pantalla una mascota virtual, claro solamente formada con pixeles negros.
Para muchos fue su primera mascota virtual, otros no tendrán la menor idea de que se trata, lo importante es que regresa a México y lo hace de manera oficial con Bandai Namco, su distribuidora original. La empresa se encuentra celebrando el 20 aniversario del Tamagotchi y decidieron lanzar una edición especial con unidades limitadas.
La versión que podremos encontrar será Chibi, simulando los modelos originales. Obviamente tiene algunas novedades como la pantalla LCD, aunque nuestra mascota seguirá siendo pixeleada, ya que no buscan romper el encanto. Llegará en seis diferentes colores, cada uno con un personaje diferente de la carcasa original en su versión japonesa, inclusive el empaque será idéntico.
El Tamagotchi Chibi se venderá en exclusiva por Liverpool a partir de la semana del 26 de febrero y hasta agotar existencias. La compañía promete más sorpresas del aniversario en las próximas semanas. Por el momento no sabemos el precio, pero en octubre confirmaron que la edición especial de aniversario tendría un precio aproximado de 15 dólares, esperemos no sea una diferencia tan grande.
Una aventura que muchos niños vivimos
Sabemos que las personas que tengan más de 25 años lo recordarán a la perfección, pero para los más jóvenes les explicamos de qué trataba. Lo primero que teníamos que hacer al encender el dispositivo por primera vez era establecer la hora y fecha. Después aparecería un huevo en la pantalla que se convertirá en nuestra pequeña mascota.
Lo primero que notaremos es que no saldrá del mejor humor de su cascaron y será necesario alimentarlo, mandarlo a dormir y jugar con él, aunque tampoco podemos darle tanta comida que puede subir de peso o mandarlo a dormir tantas horas que nos terminará ignorando. El objetivo era cuidarlo y ver como crecía con el paso de los días, pero sí era muy importante tenerlo cerca ya que en cualquier momento podía llorar para necesitar nuestra atención.
Pero más allá de ser un simple juego, era importante ponerle atención a nuestra mascota, en el caso que la descuidamos un poco podíamos notar cambios en su salud hasta que vivir lo inevitable, la posibilidad de que nuestra mascota virtual se muera. Algo muy importante, nunca se apagaba nuestro Tamagotchi, ya que usaba baterías de reloj.
¿Alguien lo compraría?
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