La cultura maya viene sorprendiéndonos desde hace algún tiempo ya. Los asientamientos prehispánicos al sureste de México son objeto de estudio por su vasta cosmogonía, sabido intelecto y herramientas que les hicieron consolidarse como de las más prolíferas.
Una vez más, como si nos siguieran dando clases, nos enseñan que ellos también construyeron "carreteras", incluso, algunas más anchas que el mismo Periférico en Ciudad de México.
Los mayas, siempre llegando primero
El descubrimiento es resultado de una investigación en donde participaron el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, y de la escuela e instituto nacionales de Antropología e Historia. Con tecnología láser, penetraron en zonas de densa vegetación y obtuvieron un extracto de cómo habría sido las estructuras arquitectónicas en un asentamiento de nombre Dzibanché.
Ahí, se detectaron una vía de carreteras para unir dos centros ceremoniales: Ichkabal y El Cedral, ambos en Quintana Roo. Como si no fuera suficiente, también se han localizado lo que solían ser depósitos hidráulicos de 365 y 375 metros por tres de profundidad, lo que permitiría almacenar millones de litros de agua.
Ambos hallazgos sugieren la posibilidad de una alta densidad poblacional en el lugar, que vivirían en un impresionante número de unidades habitacionales.
En suma, Dzibanché luce como una ciudad con un alto nivel de integración entre sus infraestructuras agrícolas y de comunicaciones.
El tema no solo es fascinante, sino que también podría ser material de gran utilidad. Sucede que en la década de 1970 hubo un gran desgaste del suelo a consecuencia de los grandes asentamientos que ahí se conformaron, sin embargo, nuestros antepasados podrían tener las claves necesarias para solventar problemas muy actuales, en temas relacionados con gestión y manejo de recursos, incluso, como ahora sabemos, para grandes urbes.
LIDAR, la tecnología para ver el pasado
El láser con el que se hicieron los descubrimientos es con base en tecnología LIDAR (Light Detection and Ranging), misma con que fueron digitalizados templos prehispánicos que ahora están en la plataforma de Google Arts and Culture, y con la que se han hecho otras investigaciones también en asentamientos mayas.
Su popularización es directamente proporcional a su efectividad. Y es que aunque también drones se han ocupado para descifrar la geografía maya, LIDAR destaca por su alta precisión. Se trata de un sensor que puede ser montado en un avión, y mientras se encuentra sobre la superficie se disparan pulsos que rebotan.
Dzibanché es una ciudad que habría tenido su apogeo de cerca del año 200 d.c. al 500 d.c.
Imágenes | UNAM
