Las figuras religiosas son parte del arte sacro que se hacen en nuestro país desde tiempos remotos, precisamente, debido a su longevidad, periódicamente debe hacerse una evaluación de su estado y darles el mantenimiento que se requiera, de esta manera fue como especialistas del INAH han encontrado documentos de más de dos siglos de antigüedad dentro de dos esculturas que restauraban en el Estado de México.
Una de las esculturas representa a Cristo Crucificado, y forma parte del retablo principal de una iglesia de Tenancingo, lo sorprendente es que dentro de su cabeza se halló una botella de vidrio con documentos que revelan su fecha de creación en 1776,, y su restauración en 1905. Hecha de un material noble como el pino, cuenta también con detalles de hueso tallado, vidrio y fibra natural.
Por otro lado, en Juchitepec se restauraba una imagen de San Francisco hecha durante la primera mitad del siglo XVII, esta fecha se obtuvo a partir de algunos trozos de papel que formaron la cabeza, entre ellos una bula papal sellada en tiempos del papa Paulo V. Otro documento encontrado en la cabeza del santo fue un trozo de papel amate, que reveló un códice tributario.
Asombro en una botella
Fanny Unikel quien es la restauradora principal en estos trabajos que son realizados por alumnos del "Seminario Taller de Pintura Policromada" comentó que le asombraba el hallazgo de la botella dentro de la escultura del Cristo, ya que en más de dos décadas de trabajo no había encontrado nada igual.
Después de la restauración de la escultura, se procederá también a la restauración de los documentos que quedarán nuevamente dentro de la cabeza y a ellos se añadirá una actualización sobre la intervención de restauración realizada.
Restaurando...
Tanto el Cristo del Calvario como la escultura de San Francisco presentaban ciertas alteraciones debido al paso del tiempo tales como pérdida de la policromía, grietas, suciedad, ataques de insectos, filtraciones de agua o humedad. Para proceder a su restauración se hicieron trabajos de limpieza, fijado de color, aplicación de resanes, sustitución de algunas piezas de las esculturas.
Por ejemplo, en la escultura de San Francisco encontramos que el cuerpo es de madera, mientras que la cabeza (que se hallaba separada del cuerpo) está hecha con la técnica de escultura ligera, sufrió un ataque de insectos, así que hubo que fumigarla, hacer una restauración del brazo, la cabeza y la nariz y quitarle un repintado que había opacado la policromía original.
Sin duda estas obras de restauración, permiten devolver el lustre original a estas piezas del arte sacro tan representativas de las iglesias mexicanas, especialmente de aquellas que cuentan con más siglos de historia a cuestas.