El grupo asesor de expertos en vacunas de la Organización Mundial de Salud emitió una recomendación por parte de Alejandro Cravioto, presidente del Grupo Asesor Estratégico de Expertos de la OMS (SAGE) para que pacientes de determinados grupos de riesgo reciban una tercera dosis de vacuna contra COVID, aunque el mismo organismo había señalado en agosto que se tomara con cautela el tema de las inoculaciones de refuerzo.
Esta declaración se da tras la reunión mantenida por este órgano la semana pasada, donde se analizaron distintas estrategias de vacunación contra COVID-19 y otras enfermedades como la malaria y la polio, donde se abría la puerta a dosis adicionales para poblaciones donde la respuesta inmune tras haber recibido una o dos aplicaciones de la vacuna resultaba insuficiente. Esto, con el objetivo de que se optimizara o potenciara la respuesta para establecer un nivel suficiente de efectividad contra la enfermedad.
Además, los expertos de la SAGE también recomendaron a la comunidad internacional fijar el objetivo de vacunar al 70% de la población mundial contra COVID-19 para mediados de 2022.
Es un porcentaje mayor del que pensábamos, pero dado el desarrollo de la pandemia y la disponibilidad de nuevas vacunas para grupos de edad más jóvenes, es un objetivo posible
Alejandro Cravioto, presidente del SAGE
No importa si son monodosis, también llevarían un refuerzo
Esta recomendación se aplica todas las vacunas que la OMS ha aprobado para su uso de emergencia, como Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Sinopharm y Sinovac. En todos los casos (sea segunda aplicación para vacunas monodosis o tercera en la gran mayoría de las vacunas) en principio debe administrarse solamente a personas con un sistema inmunológico grave o moderadamente comprometido, señaló Cravioto.
Para todas las vacunas aprobadas por la OMS, incluida la de monodosis de Johnson & Johnson requerirían una aplicación adicional
El anuncio, se da después de que la misma OMS pidiera en agosto no administrar una dosis de refuerzo hasta finales de septiembre por el problema de desigualdad para la distribución de vacunas contra COVID-19, plazo que se había extendido originalmente a enero de 2022.
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