Una nueva versión de la polémica Guía Bioética ha aterrizado en el Consejo de Salubridad, órgano que de paso la ha subido a su sitio web para que pueda ser vista por todos.
Las diferencias respecto a la primera versión son más que evidentes: ya no hay criterio de edad en la distinción entre pacientes para recibir insumos de medicina crítica, como ventiladores. Como la versión pasada, sostiene que la asignación de ventiladores será con base en el pronóstico de mejoramiento del paciente, ya no en el propósito de salvar "años-vida".
Pero además, esta nueva versión ya incluye el pleno respeto a las órdenes de no reanimar, es decir, cuando un paciente haya manifestado con formalidad y haya quedado constancia en su historial médico, su voluntad de no ser ni intubado ni reanimado, incluso en caso de necesitarse.
Todos serán atendidos, incluso en hospitales privados
El documento es particularmente claro con que, incluso en caso de llegar a una sobresaturación hospitalaria y tener que dedicar criterios para asignar ventiladores en hospitales, no se negará atención hospitalaria a un paciente. La atención ni siquiera está supeditada a si un paciente tiene o no seguridad social. Tanto los hospitales públicos deberán recibir a todos los pacientes por igual, así como los privados también.
En el documento se lee textualmente:
"Durante una emergencia de salud pública los proveedores de salud privada no deberán negar la atención hospitalaria a personas que no cuenten con seguro médico privado o que no cuenten con los recursos económicos necesarios para solventar los gastos de hospitalización"
Como en la anterior propuesta, el documento expone el sistema SOFA, el esquema de puntuación al que se tendría que recurrir en hospitales sobresaturados para distinguir a cuáles pacientes designar insumos como ventiladores.
Los pacientes que no califiquen para recibir ventiladores deberán seguir recibiendo atención hospitalaria enfocada en tratamiento paliativo. En el peor de los casos "se buscará que las y los pacientes tengan el mejor final de vida posible, de preferencia atendidos por personal de cuidados paliativos". En el caso de que la medicación no sea suficiente para aliviar síntomas entonces se debe considerar la sedación, pero "no para provocar la muerte, pero sí con la intención de que el paciente termine su vida sin sufrimiento", concluye.
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