Un equipo internacional de investigadores, liderado por expertos de la NASA, ha creado una serie de simulaciones climáticas con las que logró determinar que Venus hace miles de millones de años tuvo las condiciones necesarias para albergar vida.
En las simulaciones se comparó al planeta Tierra y Venus como planetas similares hace miles de millones de años, momento en que la atmosfera de la tierra no estaba completamente formada, encontrando diversas similitudes entre ambos planetas.
Aunque en la actualidad Venus es un planeta totalmente hostil para albergar vida, de la forma en como la conocemos; los investigadores, a través de un modelo climático, consideran tener las pruebas necesarias para que existiese nubes de tormenta que protegieran al planeta de la intensa luz solar, haciéndolo habitable.
Tomando como base un momento en el que la atmosfera de nuestro planeta se encontraba en desarrollo, y principalmente formada por dióxido de carbono, los investigadores de la NASA crearon cuatro escenarios posibles para retratar el desarrollo del planeta Venus.
De este modo, el equipo encontró que en una de las simulaciones se registraba la evolución de un planeta con temperaturas lo suficientemente bajas como para permitir la vida, tenía nubes y, en ocasiones, nevadas. Características que habrían persistido durante poco más de 715 millones de años.
Estas conclusiones ya han sido publicadas en la revista Geophysical Research Letters, y Michael Way, un investigador en el GISS y autor principal del artículo, comentó que lo lograron gracias a que los modelos climáticos con los que se estudia nuestro planeta puede aplicar para otros.
Muchas de las mismas herramientas que utilizamos para modelar el cambio climático en la Tierra se puede adaptar para estudiar los climas en otros planetas, tanto del pasado y del presente. Estos resultados muestran la antigua Venus puede haber sido un lugar muy diferente de lo que es hoy en día.
Por lo tanto, esta simulación demostraría que la topografía del planeta y su velocidad de rotación permitieron las condiciones para que Venus pudiera desarrollar vida.
En la simulación del modelo de GISS el lento giro de Venus muestra que expone su lado diurno al sol durante casi dos meses. Esto calienta la superficie y produce lluvia que crea una gruesa capa de nubes, que actúa como un paraguas para proteger a la superficie de la mayor parte de la calefacción solar. El resultado es la temperatura media del clima que apenas es unos pocos grados más fría que la Tierra de hoy en día.
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