En la lucha incansable contra la sequía, el MIT se encontró con una tecnología inesperada: pañales para bebé

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Ismael Garcia Delgado

Editor Jr

Comunicólogo y Periodista por la UNAM. Redactor, locutor, guionista y creador de contenido. Apasionado por la música ochentera, el cine de acción/sci-fi, series dramáticas y la literatura hispana. Fiel defensor del séptimo arte mexicano.

Ante la crisis de agua que se vive alrededor del plantea, diversos países han tomado medidas que suenan algo disparatadas: cosechar arroz en el desierto, cubrir canales de riego con paneles solares y hasta aplicar un impuesto al desarrollo de las IA. A esto se suma poder "cosechar agua del aire" a través de hidrogeles, un material encontrado en los pañales para bebé.

Fueron ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts quienes comenzaron a trabajar con estos "geles elásticos y resbaladizos" compuestos principalmente de agua y una pequeña cantidad de polímero reticulado. La particularidad viene de que, precisamente, estos materiales se utilizan en pañales desechables. A diferencia de mantener residuos humanos, el objetivo e optimizar su capacidad para absorber vapor del aire.

Al investigar posibles soluciones, los científicos encontraron que ciertas sales son muy eficaces para extraer vapor del aire. Por ejemplo, el cloruro de litio "es capaz de absorber más de 10 veces su propia masa en humedad". Esto significa que esta sal puede captar agua del aire, pero tiene la desventaja de que no puede almacenarla, que es precisamente lo que hace el hidrogel.

Entonces, los investigadores decidieron incorporar sal en un hidrogel para crear un material capaz de retener humedad y expandirse para absorber más agua. Según recuperó el MIT News, el investigador principal de la Universidad Humboldt de Berlín, Gustav Graeber, dijo que esto “es lo mejor de ambos mundos”.

No es la primera vez que esto se intenta

Investigaciones anteriores indicaron que había un límite en la cantidad de sal que se puede incorporar a un hidrogel de este tipo, aproximadamente entre 4 y 6 gramos de sal por cada gramo de polímero. No obstante, los resultaros eran escasos: una absorción de solo 1.5 gramos de vapor por gramo de material a un 30% de humedad relativa.

Para superar este desafío, los científicos adoptaron un enfoque diferente: en lugar de seguir el procedimiento habitual de retirar el hidrogel de la solución salina tras 24 o 48 horas, lo dejaron sumergido durante un mes.

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Así, el hidrogel absorbió sal hasta alcanzar los 24 gramos. El resultado es un material transparente y gomoso que supera significativamente a sus predecesores. Aunque no es una solución radical, sí señala una dirección prometedora. Posteriormente, al calentarlo y condensarlo, se puede obtener agua pura.

Aunque suene extraño, "desecar el aire" puede traer consigo muchas aplicaciones útiles. Una de ellas, consiste en facilitar la creación de recolectores pasivos de agua en áreas propensas a sequías. Además, podría mejorar la eficiencia de equipos como los aires acondicionados, y con ello, ayudaría al ahorrar energía. Sin embargo, el desafío persiste: hacer que esta tecnología sea viable y rentable.

Esto implica no solo aprender a fabricarlo de manera rápida y económica, sino también desarrollar métodos eficaces para extraer el agua del material y facilitar su reciclaje. En resumen, aunque el potencial es prometedor, queda trabajo por hacer para convertirlo en una solución práctica.

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