Nos encontramos en la parte final del 2017 y es normal que aparezcan diferentes listas con los personajes más importantes del año. Ahora es el turno de la prestigiosa revista Nature publicando su lista de las diez personalidades más relevantes para la Ciencia.
Brendan Maher, editor en jefe de la publicación señaló que seleccionaron a los más influyentes para bien o para mal del año. Buscando desde las comunicaciones cuánticas, edición del genoma, las amenazas de la crisis nuclear y el desmantelamiento de las protecciones medioambientales.
Victor Cruz-Atienza fue uno de los seleccionados en la lista, el mexicano es jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó por predecir con gran exactitud el terremoto de magnitud 7.1 del 19 de septiembre en México.
Sus estudios indicaron en qué partes de la Ciudad de México tiemblan con más fuerza y durante más tiempo. Con el terremoto pudo corroborar como debido a la estructura cuenca, los sedimentos blandos tuvieron la capacidad de soportar los temblores por más tiempo.
Nature destaca que gracias a las estrictas normas de construcción a partir del terremoto de 1985, se lograron evitar más muertes con el terremoto de 2017.
El lado positivo y el lado negativo
Como lo mencionó Maher, buscaban seleccionar a los más influyentes, sin importar si sus acciones eran positivas o negativas y en la lista encontramos dos ejemplos perfectos.
El primero es Emily Whitehead, una niña de 12 años que en 2012 se sometió a una innovadora terapia génica contra el cáncer, logrando curarla de la leucemia. El tratamiento ya fue aprobado para su uso en Estados Unidos y ella fue una de las claves para poder defender la aprobación del método.
Por otro lado Scott Pruitt, encargado de la Agencia de Protección Ambiental por parte del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, escéptico del cambio climático y un fuerte defensor de la industria de los combustibles fósiles.
Los más influyentes del mundo de la ciencia
David Liu es un biólogo de la Universidad de Harvard capaz de cambiar una a una las letras con las que se encuentra escrito el código genético humano. Usando la tecnología de la edición genética podría curar diferentes enfermedades humanas y salvar vidas.
Marica Branchesi, miembro de la colaboración Virgo, logró unir a astrónomos y físicos para ver la fusión de dos estrellas de neutrones situadas en una galaxia a 130 millones de años luz. Con ese trabajo lograron múltiples descubrimientos con el comportamiento de la materia y la generación de diferentes elementos en el espacio.
Pan Jianwei es clave en la comunicación cuántica de China. En junio logró con su equipo el récord de teletransporte cuántico, transportando una partícula desde un satélite en órbita a mil 400 kilómetros hasta la tierra. Su nuevo proyecto es el internet cuántico, usando una red de satélites y equipos terrestres para compartir información en todo el mundo.
Jennifer Byrne, se dedica a estudiar la genética del cáncer en el día, pero por la noche busca errores en los estudios genéticos que se publican en las revistas científicas. Hasta el momento ya logró que diferentes revistas se retracten en nueve documentos. Ahora lanzó un programa llamado ‘Seek & Blastn’ creado para detectar de manera automática problemas similares.
Lassina Zerbo, secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares supervisa los ensayos nucleares en todo el mundo y con el conflicto tan grande que existe entre Corea del Norte y Estados Unidos, él se dedicó a trabajar para no alentar la no proliferación nuclear.
Ann Olivarius es una abogada que lucha por la igualdad de género, reconocida por presentar a los responsables de abusos sexuales en campus universitarios de Estados Unidos.
Para terminar tenemos a Khaled Toukan, director del centro Sincrotrón para la Ciencia Experimental y Aplicaciones en el Medio Oriente (SESAME), centro que se retrasó más de 13 años. Fue inaugurado en mayo gracias a la colaboración de los gobiernos de Turquía, Chipre, Israel, Irán y la Autoridad Palestina. El gran mérito de Toukan fue lograr que todos los científicos pudieran participar, sin importar las rivalidades que existían en sus diferentes países.
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