Hace unas horas te contábamos que BlackBerry en su último reporte financiero reportó pérdidas por más de 900 millones de dólares, lo que rápidamente nos hizo ver la pesadilla financiera que está viviendo la compañía.
Cuando una empresa del tamaño de BlackBerry anuncia perdidas de tal magnitud es más que claro que habrá un efecto domino que dañará de forma inmediata a todas aquellas compañías que dependen de las ventas del primero.
La empresa Jabil es el fabricante que trabaja para BlackBerry México y según se comenta, desde hace algunas semanas ha ejecutado un plan de ajuste a través del cual ha despedido a cerca de 500 trabajadores de su planta en Jalisco. Aunque este recorte podría no ser el único ya que la compañía depende en gran medida de BlackBerry y tras el anuncio de hoy se espera que en las próximas semanas esta cifra se incremente a 1,000 despidos.
Por el momento, ya se habla que algunos exempleados de Jabil han sido hostigados por parte de la compañía para obligarlos a renunciar sin derecho a liquidación justa.
El delegado en Jalisco de la Secretaría Federal del Trabajo, Gerardo Rodríguez, afirmó que aún se desconoce el número de empresas afectadas por el anuncio de BlackBerry, pero comenzarán a evaluar que los despidos sean totalmente justificados.
Un fenómeno que se da en cadena, por lo que se tiene que revisar que el despido sea plenamente justificado.
Por otro lado Jorge Barajas, coordinador del organismo defensor de los derechos laborales en Jalisco comentó que debido a los problemas de BlackBerry han comenzado a recibir diversas quejas de extrabajadores.
Tenemos alrededor de tres semanas recibiendo trabajadores despedidos del proyecto BlackBerry de Jabil; están despidiendo personal poco a poco cada día y según testimonios de los trabajadores, a la fecha ya van 500 despedidos
En México, también hay otros centros de fabricación de los productos BlackBerry en Chihuahua y Tamaulipas, por lo tanto, en las próximas semanas podríamos ver que ellos también resultan afectados por el tremendo plan de ajuste de la compañía.
Fuente | El economista