El fundador de SpaceX, Elon Musk, ha dado a conocer nueva información sobre la primera prueba de vuelo de la Starship, el cohete más alto y potente en haber sido lanzado, que terminó en una gran explosión minutos después de haber despegado.
De acuerdo con The New York Times, que estuvo presente en una sesión de Spaces en Twitter con Musk, el cohete no solo tuvo varios problemas en los motores y generó una tormenta de polvo y rocas en su plataforma de lanzamiento, sino que también se dio una situación alarmante: el comando de autodestrucción no funcionó hasta 40 segundos después de haberse activado.
Durante su intervención, Musk reveló que a pesar de "todo lo que salió mal", el lanzamiento se consideró como un éxito, donde el objetivo era aprender mucho, lo que también permite planear más vuelos de prueba para este año.
Para el magnate, aunque el cohete no llegó al espacio, como era la intención original, el resultado fue "más o menos lo que se esperaba, superando ligeramente sus expectativas", aunque aceptó que hubo un "daño mínimo" en la plataforma.
Además también reconoció que el lanzamiento generó una nube de escombros y polvo que llegó a un pueblo a casi 10 kilómetros de distancia del sitio de despegue.
Una serie de eventos catastróficos
Durante su charla, Musk reveló la cronología detallada de lo que salió mal en el vuelo de cuatro minutos.
Por ejemplo, tres de los 33 motores del Super Heavy, la primera etapa de la Starship, se apagaron antes de que el cohete abandonara la plataforma de lanzamiento, lo que hizo que la nave se inclinara hacia un lado mientras se elevaba, algo que no se esperaba.
Unos 27 segundos tras despegar, se registró un problema en uno de los motores, "algún tipo de evento energético", según Musk, que terminó dañando varios motores cercanos, aunque el cohete siguió funcionando.
Tras 85 segundos de vuelo las cosas empeoraron, pues la Starship perdió su capacidad para controlar su dirección, volando de forma errática, incluso cuando se activó el comando de destrucción.
El sistema de terminación de vuelo, que tiene como intención destruir a un cohete fuera de control "tomó demasiado tiempo en romperlo", reveló Musk, lo que además de resultar en un riesgo adicional para la seguridad en tierra, demostró que los márgenes estructurales del vehículo "parecen ser mejores a lo esperado".
Para solucionarlo, SpaceX está analizando agregar más explosivos, con la intención de garantizar que el cohete explote de inmediato si se debe activar la terminación de vuelo.
Las soluciones a corto plazo para Starship
Para evitar un nuevo cráter y nube de polvo generada por el despegue, Musk adelantó que se instalará una placa de acero enfriada por agua, misma que no estaba lista para el primer lanzamiento.
También mencionó que se espera que el próximo cohete y las reparaciones en la plataforma de lanzamiento estén completadas dentro de seis a ocho semanas.
Musk aprovechó para mencionar que se espera tener entre cuatro y cinco lanzamientos de Starships este año, con una probabilidad del 80% de alcanzar la órbita en 2023, aunque de manera optimista, será "cerca de un 100%" en 12 meses.
Un posible "bloqueo" legal
Antes de despegar la próxima iteración de la Starship, SpaceX tiene el proyecto de su nave espacial "varado" hasta nuevo aviso por diversas razones. Primero por una investigación de la Administración Federal de Aviación (FAA), que regula los lanzamientos de cohetes, y que está estudiando los efectos de este despegue así como su impacto ambiental. Esto es con la intención de presentar ajustes y mejoras en los procedimientos antes de que se realice un nuevo vuelo de la Starship.
De forma adicional, grupos ambientalistas han demandado a la FAA por "no haber analizado completamente el daño que el cohete podría causar", entre ellos la nube de escombros y polvo, además de un pequeño incendio en tierras de parques estatales cerca del sitio de lanzamiento.
Como resultado, los demandantes están buscando obligar al organismo federal a revocar la licencia de lanzamiento emitida para SpaceX, además de emitir una declaración de impacto ambiental a profundidad antes de permitir a la compañía seguir adelante con sus planes.
Elon Musk reveló por su parte durante el Spaces, que "hasta donde sabían, no había ningún daño significativo en el medio ambiente", aunque el impacto exacto a personas, hábitat y vida silvestre está siendo evaluado tanto por agencias federales y estatales junto a investigadores ambientales, SpaceX y así como por otros organismos independientes.