Sin aire acondicionado, pero también sin calor. La magia está en los materiales y el resultado se siente: alrededor de seis grados centígrados menos dentro de la casa hecha con plástico, en comparación con afuera. En temporada invernal la promesa es de hasta 10 centígrados más respecto al exterior.
La idea de reciclar el plástico a un nuevo nivel es de Ramón Martín Espinosa, mexicano egresado de la Universidad de Guadalajara. No solo es fresca, también es hasta 30% más barata que una convencional y hasta es resistente a sismos.
Pero lo más impresionante es que una casa de 50 metros cuadrados está lista en tan solo cuatro semanas.
Hojuelas de plástico
En realidad la base de las casas son placas de plástico de distintos grosores Para conseguirlas primero se obtienen hojuelas, en un mecanismo estándar para el reciclaje de plásticos. Luego del molido, las hojuelas que resultan se colocan en placas que se hornean a una temperatura de 220 grados. En una hora estarían listas placas de 10 milímetros de ancho, y en dos horas se tienen de 38 milímetros de espesor.
Al mismo tiempo que las placas se enfrían, se les somete a un proceso de presión, de manera que se conviertan en sólidas y rígidas. Después, están listas para servir como muros para la vivienda.
Una de las propiedades más interesantes de las placas de plástico es que, inclusoo luego de enfriarse, siguen teniendo un nivel de flexibilidad. El asunto es especialmente importante para cuando se trata de sismos. "Los materiales rígidos tienden a quebrarse, aunque la construcción tenga buenos castillos" explica Espinosa. Sin embargo, "las de plástico absorben los movimientos telúricos al ser flexible el material".
Espinosa es director de Eco Plástico Ambiental y ya colabora con organizaciones que se dedican a recolectar plástico que están contaminando mar y tierra. Esa es la materia prima que se recicla para hacer las placas de plástico.
Los plásticos se ha mantenido en la agenda desde hace algún tiempo ya, pero han cobrado especial relevancia desde que se anunció que estarán vetados en Ciudad de México a partir de 2021.
La Asociación Nacional de Plásticos y Petstar, la planta recicladora más grande del mundo, han mantenido su pronunciamiento en cuanto a que, en vez de privilegiar el uso de bioplásticos, debe aprovecharse la infraestructura bastante sólida que se tiene para reusar los plásticos convencionales.
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