Durante cientos de años arrojamos enormes cantidades de CO2 a la atmósfera sin temer a repercusiones, hasta que nos percatamos del calentamiento global. El cambio climático y calentamiento global son de los principales problemas a los cuales debemos enfrentarnos en este siglo. Un nuevo avance nos podría dar la ventaja contra las emisiones de dióxido de carbono y se trata de unos bloques hechos de plantas y madera seca.
Graphyte, una nueva compañía financiada por Bill Gates, ha desarrollado un método en el cual se seca a plantas y madera para comprimirlas en bloques. Una vez comprimidos, se sellan con un polímero y se entierran con un sensor para asegurarse de que no se escape el CO2, por al menos 1000 años, según la compañía.
Tendrían que gastarse aproximadamente 100 dólares por cada tonelada de CO2, que es la marca que se consideraba adecuada para que la captura de este compuesto fuera económicamente viable. Previamente se había apostado por usar aspiradoras para absorber el dióxido de carbono del cielo o también crear granjas de algas a la mitad del océano, pero esas opciones superaban los 600 dólares por tonelada.
La apuesta por el futuro
En una entrada del Washington Post, Chisr Rivest, socio de Breakthrough Energy Ventures (empresa dedicada a buscar soluciones para llegar al mínimo de emisiones de CO2) menciona que el futuro de nuestro planeta está en nuestra capacidad del limpiar el CO2 de nuestros cielos.
“Hemos apostado el futuro del planeta en nuestra habilidad para eliminar el CO2 del aire. Casi cualquier escenario del IPCC [Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático] que involucra un planeta vivo nos involucra desechando del aire de cinco a diez gigatoneladas [1,000,000,000 toneladas] de CO2 para la mitad de siglo”.
El lugar donde se probarán estos bloques será Pine Bluff, Arkansas. Graphyte planea comenzar a tener clientes para 2024. Por el momento, no se pueden generar conclusiones y faltará ver en unos años si los bloques de esta empresa realmente pasan la prueba y nos ayudan a capturar CO2. La duda que queda es ¿qué sucederá con esos bloques de aquí a 1000 años? ¿habremos descubierto una forma de aprovecharlos?