China decidió dejar de exportar las tecnologías que se usan para procesar tierras raras, unos materiales que dominan más del 80% del mercado mundial y que son esenciales para fabricar chips, vehículos eléctricos o armamento militar.
El Ministerio de Comercio de la República Popular China anunció el jueves 21 de diciembre una nueva versión de la lista de tecnologías cuya exportación está prohibida o limitada, en la que se incluyen, en la primera categoría, las “tecnologías para la extracción y separación de tierras raras”.
Un nuevo veto, ahora en materiales esenciales
La actualización llega a través de la agencia oficial de noticias estatal de la República Popular China, Xinhua y su portal, Xinhuanet (el único canal para la distribución de noticias importantes relacionadas con el Partido Comunista y el gobierno central chino). En ella se incluyen artículos que, según Pekín, deben protegerse para preservar los “derechos e intereses económicos y tecnológicos” de China.
Los estudios hechos fuera de China indican que la lista ampliada impide la exportación de la tecnología para hacer imanes de tierras raras, extraer tierras raras y purificar las sustancias.
Minerales de tierras raras
Las tierras raras son esenciales para producir muchos productos de alta tecnología, y China lo sabe. Desde hace tiempo ha aplicado una política de valor agregado local al refinar las materias y/o transformarlas en componentes útiles en vez de vender el producto bruto al exterior. Así, China ha creado gran parte de la mejor tecnología del mundo para procesar tierras raras.
Esa política le ha otorgado a Pekín (Beijing) poder sobre importantes cadenas de suministro, poder que demostró en julio de 2023 cuando limitó la exportación de galio y germanio, que son imprescindibles para fabricar semiconductores.
Se ha planteado la hipótesis de que China, principal productor de tierras raras del mundo, emplee estos materiales como arma de presión en el contexto de la guerra comercial y tecnológica que sostiene con Estados Unidos, país que busca incrementar los suministros que consigue a nivel doméstico y de socios como Australia. Aunque, realmente nada está dicho.
Lo que sí podemos afirmar es que esto le da a China una gran ventaja que puede aprovechar, en los años venideros, para obstaculizar el crecimiento de ciertas industrias fuera de su territorio. Y como la producción de energía renovable y el almacenamiento de energía son dos industrias que necesitan de las tierras raras, China tiene una posición fuerte mientras el mundo intenta progresar hacia un futuro sin emisiones.
Además, China añadió por primera vez a la lista de restricciones de exportación la clonación de células y la tecnología de edición de genes para uso humano. Asimismo, la tecnología para manejar y transportar materiales a granel también se incluyó en la lista de artículos que necesitan una licencia para exportarse.
Lo mismo pasó con el LiDAR, una medida que parece una respuesta de talión después de que los legisladores de Estados Unidos solicitaran recientemente prohibir las exportaciones para impedir que China use la tecnología hecha en Estados Unidos para crear sistemas autónomos.
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