Al mencionar escenas icónicas o memorables de alguna película, pueden venirse a la mente decenas de fragmentos. Igualmente, también existen secuencias que casi nadie recuerda y aún así, cuando se revisitan, es imposible no hacerse una pregunta: ¿Cómo lo lograron? Este es el caso de uno de los grandes caprichos de Tom Cruise.
En una madrugada de noviembre en Nueva York, a eso de las 4:30 de la mañana, algo extraño ocurre en la ciudad que nunca duerme: las calles están completamente desiertas. En ellas se encuentra la estrella de Misión: Imposible, quien corre de un lado a otro por un Times Square completamente vacío.
El fragmento pertenece a la película de 2001, Vanilla Sky, el remake norteamericano de la cinta española Abre los ojos a cargo de Alejandro Amenábar. El logro se debió a que tanto Cruise como los productores Paula Wagner y Donald J. Lee Jr., se reunieron con el alcalde de Nueva York en turno, Rudolph Giuliani.
Para sorpresa de todos, Giuliani se mostró entusiasmado con la idea de despejar Times Square para el famoso actor, al reconocer que la escena proyectaría la imagen de la ciudad en cines de todo el mundo. Sin embargo, puso una condición que complicó las cosas para el director Cameron Crowe: la grabación debía hacerse en un tiempo limitado, sin excederse ni un minuto del horario acordado.
Según relató Crowe en una entrevista para The New York Times en 2002, dijo: "¡Cerramos 20 manzanas! Sin coches, sin peatones, sin transporte público. Eso nunca se había hecho antes en Times Square. La escena que quería era la pesadilla de un hombre que está desesperadamente solo".
Con los primeros rayos de sol, el equipo comenzó a filmar: realizaron siete tomas con una cámara montada en una grúa. Así, Cruise pasó tres horas corriendo por todo el perímetro de Times Square mientras lo seguían. La escena quedó para la posteridad, no tanto por su impacto en la película, sino por la proeza que supuso el rodaje y la gran inversión que se necesitó para lograrla.
Después de tres horas de rodaje y un millón de dólares invertidos para cumplir la hazaña, solo se utilizaron 30 segundos de la grabación en el metraje final de la película.
“Nos quedaba aproximadamente una hora y cuarto, así que Tom simplemente corrió. Y fue magnífico. Fue impresionante. Era como si todo lo que habíamos hecho nunca hubiera sucedido".
Al final, tras haberse hecho con los derechos para realizar su propia re imaginación de la obra original, el actor logró su cometido. Aunque la cinta no convenció a la crítica especializada, ganó 203 millones de dólares frente a los 68 que costó.
Para disfrutar de Vanilla Sky, puedes encontrarla gratis a través de Mercado Play o para rentar en Amazon Prime Video.
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