México es uno de los países más importantes de América Latina, quizás solo después de Brasil, es por eso que para muchos fabricantes es un mercado determinante al momento de la distribución de sus móviles.
No obstante, otros pocos optan por traer a nuestro país terminales con menores capacidades debido a "estrategias comerciales". Es cierto que la situación de la economía no es del todo fácil, ¿en dónde lo es?, pero estas decisiones solo hacen enojar a los consumidores.
LG y Sony, a día de hoy los mejores ejemplos
Quizás el caso más conocido en México es el de LG, fabricante que después de presentar el LG G5 durante el pasado MWC, tomó la decisión de no traerlo a México y en su lugar ofertar el LG G5 SE, un modelo con menores prestaciones, pero un precio bastante llamativo, por lo elevado, para el usuario mexicano.
Esto quiere decir que si bien el motivo principal de esta estrategia es ofertar un móvil con menores capacidades por un precio más atractivo y accesible, no está del todo bien implementada, y eso no cambia por incluir algunos regalos en el empaque (batería extra y case que funciona como power bank).
Lamentablemente, otro fabricante que también ha optado por una estrategia muy similar es Sony, ya que el fabricante nipón si bien muy recientemente presentó el Xperia X en suelo nacional, lo hace a un precio elevado para el SoC Snapdragon 650 y los 3 GB de RAM que ofrece, aunque de nuevo, incluye un altavoz bluetooth que intenta justificar el precio.
Aún así, lo que resulta más llamativo es que Sony no piensa traer el Xperia X Performance a México, situación que nos ha sido confirmada por personal de la firma. De nuevo, Sony pierde un muy potencial mercado, un lujo que no se puede dar si tenemos en cuenta que no está en una situación muy buena.
Por otro lado, HTC también fue partícipe de esta estrategia fallida con el One A9, sin embargo posteriormente se redimió al traer el HTC 10 en lugar del HTC 10 Lifestyle, la variante con menor potencia. Sí, el estandarte taiwanés es caro, pero vale cada peso gracias a su rendimiento, cámara y, de manera personal, su sonido.
No es una mala estrategia, pero falta afinar detalles
Seamos claros, esta no es una mala estrategia, ya que sea como sea el mercado se compone de varias gamas y es bueno, por no decir necesario, ofrecer variedad en cada una, pero lo correcto es ofrecer hardware de menor potencia por un precio menor, es decir hardware justo por precio justo.
Tampoco se trata de regalar el producto, pero por un precio más ajustado (¿9,999 - 10,999 pesos?) la historia sería distinta y los usuarios no se sentirían ofendidos de que un fabricante no oferte su estandarte, pero sí una opción viable con precio atractivo.
¿Que no se puede? Por supuesto que sí, y el mercado asiático, inundado de alternativas de muy buen ver y precios que hacen salivar a cualquiera, es la prueba ferviente de ello.
La mesa está servida para el debate, ¿se unen?
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