Los Juegos Olímpicos de 1968 en Ciudad de México son recordados por su importancia histórica y deportiva. Sin embargo, pocos saben que también marcaron el inicio de un trámite vehicular que los mexicanos deben realizar año con año: el pago de la tenencia vehicular.
La tenencia vehicular se introdujo en 1962 para financiar los Juegos Olímpicos. El gobierno mexicano, liderado por el entonces presidente Adolfo López Mateos, necesitaba recursos adicionales para cubrir los gastos del evento, por lo que se implementó este impuesto a los propietarios de vehículos. Aunque originalmente se planteó como un impuesto temporal, el impuesto cumple 62 años de vigencia en 2024.
¿Qué es la tenencia vehicular?
La tenencia vehicular es un impuesto que se cobra anualmente a los propietarios de vehículos en México por el simple hecho de tener un automóvil. Su monto varía según del valor del vehículo y la entidad federativa donde se encuentra registrado. Este impuesto es una de las principales fuentes de ingresos del Gobierno Federal durante décadas.
Los Juegos Olímpicos de 1968 representaron una inversión de 175 millones de dólares para México. Un presupuesto con el que se construyeron instalaciones deportivas de primer nivel, villas olímpicas y se mejoró la infraestructura urbana para las miles de personas que disfrutarían de uno de los evento más importantes del mundo.
El financiamiento de estos proyectos a través de la tenencia vehicular fue una decisión clave que permitió a México organizar los juegos olímpicos, pero también dejó una carga fiscal que persiste hasta hoy.
Alternativas y cambios recientes
En los últimos años, ha habido un movimiento hacia la eliminación de la tenencia vehicular en varias entidades federativas. Por ejemplo, la Ciudad de México y el Estado de México han implementado exenciones y subsidios para ciertos tipos de vehículos y propietarios. Además, algunos estados han optado por reducir gradualmente el monto de la tenencia o sustituirla con otros impuestos.
La tenencia vehicular es un recordatorio de cómo un evento deportivo internacional puede tener un impacto duradero en la economía y la vida cotidiana de un país. Con el tiempo, es probable que más estados opten por eliminar o reducir este impuesto, con la intención de adaptarse a las necesidades y demandas de los ciudadanos.
En resumen, los Juegos Olímpicos de 1968 no solo dejaron un legado deportivo en México, sino también un legado fiscal que ha afectado a generaciones de automovilistas mexicanos. La tenencia vehicular, nacida como una solución temporal, se ha mantenido como un recordatorio de ese histórico evento y de las decisiones económicas que vinieron con él.
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