Circular en horas pico en bicicleta en la Ciudad de México puede considerarse un deporte extremo. En 2016 Matías Flores falleció atropellado luego de que llevara solo seis meses trabajando como repartidos de Uber Eats. Pero no solo es la gran ciudad: en Puebla hubo un caso similar con Luis Fernando Hernández, y luego Luis Alberto Cárdenas en Puerto Vallarta. La magnitud es tal que el medio internacional The Verge tiene un artículo de mediados de año que cita estos y muchos más casos.
Los repartidores, ciclistas y motociclistas se han unido para presionar para que las empresas les dejen de considerar como "socios" y simultáneamente para llamar la atención del Congreso y pedirles a diputados que normalicen la situación. Lo hicieron el día de ayer, 27 de noviembre, a través de una manifestación en el bajo puente de Eje 5 Sur y Periférico, donde precisamente falleció Matías Flores hace tres años.
Para recordarlo colgaron una bicicleta blanca en uno de los señalamientos del lugar.
Al coro de "Ni un repartidor menos" han señalado que las apps emplean a cientos de miles de personas, de forma que las peticiones no significan que las empresas dejen de operar en México, sino más bien que se les reconozca como trabajadores regulados, y así las empresas puedan responder ante los riesgos cotidianos del oficio.
A decir de un vocero del movimiento, se trata de alrededor de 9,000 trabajadores que están bajo las mismas condiciones en todo el país y entre 1,000 y 1,500 solo en CDMX.
El encuentro comenzó con una rodada que inició en Paseo de la Reforma. Alrededor de 200 repartidores se dieron cita. Hasta el momento en Congreso no ha habido pronunciamiento respecto a la solicitud para regularizar su situación.
Imagen | Engadget
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