WarioWare es una franquicia que tiene más de 20 años, viviendo sus mejores momentos en las consolas portátiles de Nintendo. En 2021 tuvimos su primer juego en Switch y notamos que la fórmula ya se estaba agotando y no era tan frenético como antes, pero ahora todo cambia.
‘WarioWare: Move It!’ mantiene la idea de llevar los reflejos al máximo, pero ahora aprovecha los controles de movimiento para que sean los protagonistas de la fiesta. Tuvimos la oportunidad de jugarlo y es una experiencia tan absurda como divertida.
La historia es un simple pretexto para comenzar a jugar, pero nuestro protagonista viajará a tomarse unas buenas vacaciones a una isla donde tendrá que estar acompañado de todos sus compañeros. Cada personaje tendrá secciones diferentes en la isla para ver minijuegos diferentes.
Joy-Con en otro nivel
Lo único que necesitamos para jugar ‘WarioWare: Move It!’ es colocarnos un Joy-Con en cada mano con su correa. Nos olvidamos de presionar cualquier botón, solo necesitamos tomarlos con nuestras manos y comprender cómo funciona el control de movimiento en cada reto.
Aquellos que no conozcan cómo son este tipo de títulos, estamos ante 200 minijuegos o “microjuegos”, debido a su corta duración que en muchos casos no supera ni los 5 segundos, así que la reacción es fundamental.
La manera en la que se estructura el juego es por medio de poses, para que podamos comprender cómo descifrar cada reto. Al inicio definiremos cuál es nuestra mano fuerte para colocarla en posiciones especiales.
Entre las poses podremos colocar nuestras dos manos como si estuviéramos sosteniendo una espada, levantando los brazos lo más algo posible o como si estuviéramos levantando una pesa, esas son las básicas y hasta cierto punto “aburridas”. El punto es cuando se toma la libertad de empezar a ridiculizarnos con posturas de luchador de sumo o acercándose a nuestras mejillas, pero la favorita es la “Quiquiriquí”, donde el Joy-Con dominante va a la altura de la boca, mientras el otro atrás de nuestro trasero, todo mientras flexionamos las rodillas.
Cuando iniciamos el modo historia tendremos la presentación de cada pose antes de usarla, algo que es muy conveniente por el tipo de variedad. No queremos profundizar para no romper la sorpresa, pero existe una pose que utiliza la cámara infrarroja del Joy-Con y otra donde debemos dejarlos caer o colocarlos en una base para saber si es necesario rotarlos.
En el modo historia iremos aprendiendo diferentes poses que estarán rondando en los clásicos 15 niveles para derrotar a un jefe final. Algunos minijuegos que podemos encontrar son golpear una bola de béisbol, desatarnos de unas cuerdas con nuestras caderas, ser un perro y saber dar la pata o intentar dibujar una figura moviendo el trasero.
Es una completa locura tener tan poco tiempo para descifrarlos y aunque los conozcamos, algunos pueden subir su dificultad y requieren movimientos más rápidos.
Un detalle que no nos agradó es que existen algunos minijuegos que la postura inicial confunde con el movimiento que debemos realizar. Por ejemplo en uno nos debemos colocar con los Joy-Con en la cadera como en postura militar, el reto trata de pasarse una cubeta entra las piernas, por lo que debemos mover nuestros brazos para adelante y atrás, el detalle es que en automático flexionamos las piernas aunque no sea necesario.
No es un juego tan demandante físicamente, en el aspecto de que debemos hacer flexiones o algo por el estilo, lo más “dinámico” puede ser saltar en algunas ocasiones. Por ejemplo cuando nos pide colocar los Joy-Con sobre una superficie, en la pose el personaje se mira en cuclillas, pero en la descripción nos aclaran que solo importa colocarlos en una superficie, sin necesidad de agacharnos.
Todas las actividades las debemos hacer de pie, así que es necesario tener espacio suficiente para poder estirar nuestros brazos sin miedo a golpearnos con algún objeto.
El modo fiesta le hace honor a su nombre
Cada nivel es protagonizado por un personaje de la franquicia que va poniendo contexto a las actividades. También lo podemos jugar con otra persona de manera local.
El Modo Fiesta es otro espectáculo, estamos ante un juego de mesa en el que podremos jugar cuatro personas en pantalla dividida. Deberemos enfrentarnos en los minijuegos para ir obteniendo puntos. Al final tenemos el ADN de Nintendo y eso significa que no importa que lleves una ventaja considerable, al final todo puede suceder.
No es una competencia como lo podrías entender, es una fiesta donde el punto es que todos se diviertan y tengan posibilidades de ganar. Es algo que debemos probar con nuestros amigos o familiares, ya que ver las poses en otras personas y competir, solamente lo puede hacer ‘WarioWare’.
Haciendo mucho con poco
‘WarioWare: Move It!’ demuestra que la serie podía evolucionar y adaptarse al Nintendo Switch. Es sorprendente lo bien que responden los controles y la manera en la que se ingeniaron los minijuegos. Es una demostración de cómo este tipo de juegos tienen todo el sello de la compañía y nadie puede hacer algo al mismo nivel.
Los niveles mantienen el diseño japonés, algunos con gráficos 3D que lucen “viejos”, otros con animaciones en 2D muy "pobres", pero todas con la finalidad de ser encantadoras. Sabes que se trata de un humor japonés por las poses y los rostros de algunos personajes.
La traducción al latino es ejemplar, la selección de voces es digna de cualquier anime, personajes llenos de carisma y energía. Todos son encantadores, pero hasta la manera de adaptar los textos es sublime, es un doblaje muy respetuoso donde buscan ser lo más “neutrales” posibles, pero que sabes que muchas palabras las entenderán en Latinoamérica. Es un doblaje con humor y amor.
‘WarioWare: Move It!’ sí se puede jugar solo y disfrutar, pero cuando lo llevas con otras personas es donde explota la diversión. Lo pueden jugar tanto adultos como niños y podrían estar en igualdad de circunstancias.
Si amas los juegos de la franquicia y cuentas con la compañía ideal, ya tienes otro exclusivo de Nintendo que no debe faltar en tu colección.