Los wearables poco a poco están acaparando el mercado y convirtiéndose en algo común, contando ya con una variedad considerable de presentaciones y conectando a internet cosas que jamás creímos que llegarían a tener una conexión Wi-Fi.
En esta nueva era, en la que tenemos un gadget para mejorar y medir cada aspecto de la vida, necesitamos encontrar nuevas soluciones a problemas ancestrales, de la misma manera en que lo hemos hecho con tantas cosas. La comunicación es una de ellas, y hemos obtenido el gran logro de incluso decir tantas cosas con solo dos letras, pero, ¿qué sucede con algo tan complicado como las emociones humanas?, ¿cómo podemos expresarlas de manera concreta y directa?.
Obviamente decirlas cara a cara no es una opción, y publicarlas en Facebook o dedicar una indirecta en Twitter es una cosa del pasado, mientras que los emoticons han perdido un poco de gracia. Entonces, ¿qué solución nos queda?, ¿cómo, en esta época tan moderna y avanzada podemos lidiar con este fatídico problema?. La solución es clara: crear un wearable para mostrar nuestro estado de ánimo.
Claro que este camino ya lo hemos explorado anteriormente, basta con recordar aquellos simpáticos anillos que cambiaban de color de acuerdo a nuestro humor, pero esta era una idea adelantada a su tiempo, y por lo tanto, ya ha quedado desfasada, por lo que es demandante crear un dispositivo más ad hoc.
Studio XO ha atacado este problema y ha mostrado su solución al mundo en forma de una plataforma con el nombre de XOX, la cual pretende recolectar información de nuestro estado de ánimo para luego mostrarla a través de una banda de silicón, la cual se iluminará de acuerdo a nuestras emociones y estas serán transmitidas a un servidor.
Dejando el sarcasmo de lado, la banda bien podría tener su utilidad más allá de sólo estar enseñando cómo nos sentimos, ya que podríamos hacer consientes a las computadoras de nuestro ánimo y tener una mejor interacción. Para poner un ejemplo, la banda podría transmitir la información a nuestra computadora una vez lleguemos a casa y esta podría ser leída por alguna aplicación en nuestro smartphone, logrando a su vez ejecutar una serie de comandos y acciones en otros dispositivos a través de un automatizador de tareas.
Para ilustrar la situación, imaginen que después de un largo y mal día de trabajo nos sentimos bastante cansados y decaídos, en el momento en que lleguemos a nuestra casa, automáticamente la SmartTV se encendería e iniciaría la reproducción de nuestra película palomera favorita en Netflix, mientras se publica un estado en Facebook y Twitter de "No molestar".
Este dispositivo y su muy limitada funcionalidad nos recuerda que no hay que perder de vista los objetivos de mayor valor, ya que si creamos dispositivos sólo por unirnos a una moda, la tecnología pierde mucho sentido y valor, convirtiéndose en un simple accesorio trivial. Ok, tal vez ya lo sea, pero no permitamos que decaiga aún más.