Se acerca la primera de las fechas que Andrés Manuel López Obrador dio como parte del proceso de decisión sobre si se construirá el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, o no. En la conferencia de prensa de hace algunas semanas, el ahora presidente electo dijo que el 8 de septiembre se esperan tener los dictámenes de organizaciones civiles, especialistas y académicos, respecto a la viabilidad del nuevo aeropuerto, a fin de tener más herramientas para que todos los mexicanos decidamos al respecto para finales de octubre.
A petición de López Obrador, tres organizaciones se ingenieros emitieron su opinión especializada, y la respuesta es similar a la que el Instituto Tecnológico de Massachusetts ha dado: el Nuevo Aeropuerto es la mejor opción.
El Colegio de Ingenieros, la Academia de Ingeniería Mexicana y Unión Mexicana de Asociación de Ingenieros dijeron en conferencia de prensa que han elaborado un documento con los pros y contras sobre las dos opciones que se han puesto sobre la mesa: el NAIM, y la que prevee el funcionamiento simultáneo del actual aeropuerto Benito Juárez, más la operación de dos pistas en la base militar de Santa Lucía.
A diferencia del documento de conclusiones del Instituto Tecnológico de Massachusetts, los ingenieros de México no aseguran que la opción que contempla el uso de la infraestructura en la base militar de Santa Lucía, sea totalmente inviable, pero tampoco aseguran que sea funcional. A su juicio, no hay certezas sobre qué tan funcional sea el esquema, debido a falta de información.
El mayor problema del NAIM son los hundimientos de suelo
El presidente de la Academia de Ingeniería de México, José Albarrán, se mantuvo firme en que el mejor proyecto es el del NAIM, siempre y cuando se realice en el menor tiempo, de manera que los gastos erogados se minimicen también. El problema, es que de acuerdo al análisis dado, la construcción podría tardar más de lo que se tiene pensado.
Salvador Landeros, presidente de la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros, dijo que el mayor reto es el de superar los hundimientos de suelo, lo que implicaría un mantenimiento constante, y por ende, una partida presupuestal dedicada a ello.
Tanto el tema de hundimientos, como el alto impacto ambiental, López Obrador los hizo notar en la conferencia en la que anunció que el aeropuerto sería decidido por la mayoría de los mexicanos.
Toda la información que produjeron los ingenieros será analizada por el gobierno entrante, y será dispuesta en línea el 8 de septiembre.
La incertidumbre por Santa Lucía
Al final, en el posicionamiento de los ingenieros, influye el que es en definitiva el mayor problema de la elección: la aeronáutica de Santa Lucía no es clara, por lo que la opción que incluye a la base militar de Santa Lucía y el actual aeropuerto, ni siquiera se sabe si es posible.
Javier Jiménez Espriú, próximo secretario de Copmunicaciones y Transportes, ya daba cuenta del reporte del MIT que alerta sobre la imposibilidad de que la base militar de Santa Lucía y el aeropuerto Benito Juárez operen simultáneamente. En contraposición, otro estudio hecho por investigadores chilenos arroja que la opción es viable.
En caso de que llegara a ganar esta opción en la "consulta popular" que pretende hacer el gobierno entrante, lo primero que debe hacerse es convocar a expertos internacionales para que investiguen si por razones de aeronáutica la alternativa es posible. El costo de dicho estudio de acuerdo a Espriú sería de entre 150 y 200 millones de pesos.
Será en dos días cuando tendremos más información a la cual acceder, aunque, en el sitio de López Obrador ya hay cerca de 300 documentos entre estudios, análisis y reportes en torno a la construcción del NAIM.
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