Las condiciones laborales actuales no son las mismas que experimentaron nuestros padres o abuelos, pues en esas épocas era común que una persona hiciera toda su vida laboral en una sola compañía.
Sin embargo, la situación ha cambiado. Según el portal de despidos Layoffs.fyi, hasta finales de mayo de 2024 un total de 302 empresas tecnológicas habían despedido a más de 89,000 empleados.
A pesar de que los despidos se encuentren a la orden del día, no todo tiene por qué ser negativo, pues en muchas ocasiones representan la oportunidad perfecta para obtener aumentos en el salario.
Durante un proceso de despido, las personas experimentan una serie de emociones como ansiedad, rabia, alivio o culpa. Estas pueden bloquearse, evitando que quien las sufre dé algún paso en falso durante este proceso.
Por ejemplo, el trabajador puede anticiparse y, antes de recibir la notificación de despido, aprovechar la situación para seguir su carrera laboral en otro sitio.
Prepararse para lo peor
Según nuestro sitio hermano de España, cuando hay rumores de despido en el aire o cuando ya se ha dado alguno, las interacciones entre trabajadores, otros cargos de autoridad y directivos tienden a volverse tensas. Por ello, se recomienda mantenerse centrado y concentrado, para que la ansiedad no derive en peores situaciones.
De acuerdo con el estudio "Don't Expect Layoff Survivors To Be Grateful", de la consultora Leadership IQ, el 74% de los empleados que superan una etapa de despido aceptan que su productividad desciende, algo que puede ser un argumento adicional para los directivos en caso de que se dé esa situación de nuevo.
Para Bill Gates, lo mejor es estar preparado para el peor escenario. En una entrevista con Ellen DeGeneres en 2017, el magnate mencionaba que uno de sus mayores miedos era tomar una decisión que hiciera que Microsoft quebrara, y no pudiera pagar las nóminas a sus empleados.
Con este pensamiento en mente, siempre tenía un plan de contingencia en caso de que se diera la peor situación, estando así listo si se presentaba algún problema en su carrera.
Este mismo argumento puede aplicarse ante un caso inminente de despido. Es recomendable tener un colchón económico de entre tres a seis mensualidades, que permita mitigar el impacto del despido en las finanzas del trabajador.
Las evidencias y los beneficios
En preparación para un despido, hay más recomendaciones, como aprovechar todos los beneficios que el empleo ofrece. Cuando no se tiene en ciernes la posibilidad de un despido, se suelen reservar estos beneficios para repartirlos a lo largo del año.
Por esto, se sugiere que, si hay olas de despidos en puerta, lo ideal es no solo tomar los días de vacaciones disponibles, sino también hacer uso del resto de beneficios, como bonificaciones de transporte, gasolina o vales de despensa.
Si el nombre del trabajador se encuentra en la lista de despidos, estos días de vacaciones no consumidos deben compensarse, pero en los pagos en especie o bonos no consumidos no habrá una retribución adicional.
También es posible guardar evidencias de lo trabajado, como evaluaciones de desempeño o algunos productos realizados en el empleo. Sin embargo, se debe estar seguro de que se puede acceder a ellos y no se trata de material reservado de la compañía.
Es necesario mantener copias de contactos y hacer seguimiento de ellos a través de redes sociales como LinkedIn. Hacer networking, creando redes de personas que puedan generar oportunidades de trabajo, brinda más opciones de contratación.
No está de más mantener el currículum actualizado y no dejar de actualizar perfiles como el de LinkedIn, que aportan visibilidad aunque no se esté buscando empleo de forma activa, y pueden abrir nuevas oportunidades, aunque se esté trabajando.
Una oportunidad de crecer
Lo más importante es tomar un despido como una oportunidad, pues permite, aunque de forma forzada, explorar opciones que no se habían considerado hasta ese momento, abriendo nuevos caminos y reorientando la carrera laboral a otras áreas o sectores a los que antes el empleado no tenía acceso.
Muchas personas exploran esto a través de empleos o actividades secundarias, ya sea escribiendo un blog que les permita posicionarse personalmente, produciendo contenidos multimedia o dando conferencias, convirtiendo hobbies en una ocupación laboral de tiempo completo.
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