La conectividad es algo inherente a nuestra cotidianidad. Todas las acciones que realizamos desde que nos levantamos como revisar noticias, conectar nuestra bocina inteligente, revisar nuestros correos pendientes o simplemente dar un repaso a nuestras redes sociales, tuvieron que ver con estar conectados a algún dispositivo.
En la era del Wi-Fi y las cada vez más populares redes 5G muchas veces no nos detenemos a pensar en todas las conexiones que debemos realizar a través de nuestro teléfono inteligente. Este dispositivo es sin lugar a dudas el centro de conexiones de nuestra vida diaria. Con la evolución de la tecnología resulta más demandante para nuestros smartphones poder mantener múltiples conexiones activas con redes Wi-Fi, Bluetooth, red móvil celular, NFC y todo ello sin contar todas las variantes y protocolos que se combinan en las diferentes versiones de cada una de estas redes.
Pero, te has preguntado ¿por qué tenemos tanta diversidad de redes y conexiones? La respuesta es proporcional a la cantidad de aplicaciones y dispositivos con los que interactuamos y los cuales tienen usos muy diferentes. Desde nuestras bocinas Bluetooth, conexiones Wi-Fi para nuestras routers, conexión en red móvil para llevar siempre nuestros datos, nuestros smartphones deben soportar diferentes protocolos e interactuar con diferentes redes. En el futuro la complejidad solo seguirá aumentando y por ello resulta contradictorio cómo podemos tener conexiones más eficientes dada la complejidad a la que nos enfrentamos.
Wi-Fi vs. redes 5G de última generación
El primer desafío parte de este dilema, deberíamos tener una muy buena conexión de Wi-Fi o esperar a tener mejores resultados con sistemas 5G. En realidad este tipo de redes son complementarias y los usos varían pasando desde soluciones industriales hasta conexiones simples para nuestro hogar. Para un usuario promedio en el futuro debería ser transparente qué tipo de red tiene conectada. Haciendo una comparación, nunca nos detenemos a pensar si la energía que llega a nuestra casa pasó por un transformador trifásico, una línea de alta tensión o un par de cobre específico. La conectividad será nuestro nuevo servicio básico y puede llegar por muchos tipos de redes y aunque para el usuario será transparente no lo será así para los dispositivos y más específicamente para los smartphones.
Tendremos un 2022 en el cual un smartphone debe conectarse a Wi-Fi, y justo en este tema tendremos que tomar la primera gran decisión, pues tendremos redes Wi-Fi 6E con tres bandas de operación, 2,4Ghz, 5Ghz y 6Ghz (próximamente). Pero surgen preguntas como: ¿a cuál de estas frecuencias nos deberíamos conectar?, ¿cuál brindará la mejor velocidad?, ¿cuál consumirá menos batería de mi dispositivo?, ¿cómo obtendré la menor latencia?. Para complicar más el panorama imaginemos que estamos fuera de casa y solo hay redes móviles con opciones 2G, 3G, 4G y 5G; seguramente deberíamos poder conectarme a la más eficiente y disponible, pero tendremos temas de cobertura, plan contratado y eficiencia, entre otros.
Es por ello que resulta aún más increíble que nuestros teléfonos inteligentes sean capaces de manejar estas decisiones y lo hagan bien sin que siquiera lo notemos. Hay soluciones que han llamado nuestra atención y una de ellas es la provista por el fabricante de chipsets MediaTek. Recientemente, a través de su familia de chipsets Dimensity, ha incorporado una nueva tecnología llamada "UltraSave", que justamente busca dar soluciones a los múltiples retos de conectividad y lo logra a través de la implementación de rutinas de inteligencia artificial. Con diferentes algoritmos y motores inteligentes determina la mejor combinación en disponibilidad de red no solo para garantizar que siempre se esté conectado sino que la batería no muera en el intento y, por el contrario, dure mucho más que con equipos de generaciones anteriores. En realidad es casi mágico lo que este tipo de tecnologías pueden realizar y la forma en la que simplifican nuestra vida.
Conectividad con gadgets
No menos interesante resulta la compleja arquitectura para poder conectar todos los wearables que se han convertido en un acompañante diario. Bocinas inteligentes, smartwatch, audífonos, dispositivos de hogar inteligente, entre muchos otros. Muchos de ellos conectados a través de Bluetooth con múltiples variables y opciones tales como Bluetooth 4.0/ 5.0/5.0 LE solo por mencionar algunos.
De nuevo, la conectividad es vital para poder garantizar un óptimo desempeño de nuestros dispositivos y una experiencia transparente al hacer uso de ellos. Todo este entramado tiene de nuevo un órgano rector central y es el chipset. Este complejo componente regulará todas las interacciones de nuestros smartphones para garantizar la mejor experiencia y, aún más importante, el mejor rendimiento. Al igual que con las conexiones de redes, es muy importante poder regular la mezcla entre funcionalidad y duración de batería ya que no solo es importante mantener una conexión estable sino duradera. La industria ha avanzado mucho y los fabricantes de chipsets como MediaTek siguen incorporando diferentes rutinas con soluciones de inteligencia artificial que permiten que todos estos procesos se ejecuten de manera eficiente.
El futuro de la conectividad
Entendiendo la complejidad que deben manejar nuestros smartphones para mantener una adecuada conectividad y pensando en un futuro con mayores retos, la forma de optimizar el uso de las redes se dará de forma mixta. Esto quiere decir que no solamente el smartphone deberá buscar la mejor combinación, sino que dispositivos como routers tendrán un rol activo para garantizar la eficiencia.
De nuevo, algunos fabricantes de chipsets como MediaTek nos están enseñando las primeras versiones de chipsets que no solo se integran a smartphones sino a dispositivos como routers y permitirán una comunicación fluida entre los dispositivos. A diferencia de las comunicaciones tradicionales en las cuales el router o módem se limita a dar acceso a nuestro smartphone, en el futuro estos dispositivos se comunicarán de una forma más inteligente para poder activar ciertos protocolos que permiten hacer uso eficiente de los recursos y buscará que un mayor número de dispositivos tengan una conexión simultánea, garantizando una mejor calidad de servicio. Esto se traduce a que nuestros routers en casa no solo podrán soportar un mayor número de dispositivos conectados, sino que permitirán una conexión estable.
La conectividad es el nuevo hilo conductor de la tecnología. Tener dispositivos potentes pero con acceso limitado no hace ningún sentido para la demandante industria tecnológica en crecimiento. Seguramente veremos una mayor evolución en este apartado y aunque para la mayoría de usuarios será transparente, muchas empresas trabajan arduamente en garantizar que podamos disfrutar de la mejor experiencia.