En México, hacerse de una casa propia parece una misión imposible para el grueso de la población. De acuerdo con un artículo de Publimetro, debido a los altos costos en las viviendas, un mexicano promedio necesita alrededor de 209 años para pagar un crédito hipotecario.
Mientras tanto, del otro lado del mundo, Japón tiene cerca de nueve millones de casa vacías, o akiya. Esta alarmante cifra ha hecho que muchas casas sean rematadas hasta en 10,000 dólares (203,000 pesos mexicanos). Sin embargo, esto es tan solo el primer paso de un muy largo recorrido que podría ser incluso más costoso que la compra misma.
El problema de las akiya
Las akiya representan un 13.8% del total de viviendas en Japón, aunque el Instituto de Investigación de Nomura teme que este porcentaje aumente al 30% en la próxima década. Por lo general, se encuentran ubicadas en las zonas rurales, lo que explica en parte su abandono, pues muchos habitantes de estas zonas abandonan sus sus hogares para emigrar a la ciudad.
Otra de las razones es que, tras el fallecimiento de sus propietarios, lo jóvenes herederos se niegan a ocupar la propiedad, debido a su lejanía de la ciudad y a lo costoso que sería renovar y vender una casa que se percibe como "vieja" e insegura. En algunos casos, también existe el miedo de que la casa esté "maldita".
Es por eso que, de acuerdo con The Japan Times, estas viviendas se consideran inalquilables o invendibles, pues el comprador promedio japonés no está interesado en una propiedad ubicada en un lugar apartado o inaka. Mucho menos cuando dicha propiedad necesita toda clase de reparaciones.
Airbnb al rescate
Pero las akiya no solo son un problema para el mercado inmobiliario, también para las comunidades donde se ubican. Según Chris McMorran, profesor de estudios japoneses de la Universidad Nacional de Singapur, que haya tantas casas vacías en una localidad le da un aspecto de "pueblo fantasma" en el que la gente no quiere habitar.
En busca de una solución, el gobierno ha ofrecido incentivos como desgravaciones fiscales para volver a habitar esas casa. Incluso Airbnb quiere formar parte de un plan de rescate que anime a inversores y propietarios a darle una segunda oportunidad a las akiya y convertirlas en residencias vacacionales.
Casas asequibles, ¿pero a qué costo?
A raíz de la pandemia los japoneses han volteado a mirar con mejores ojos la vida rural, aunque poco. Los que sí han revitalizado el mercado inmobiliario en Japón son los compradores extranjeros, para quienes conseguir una vivienda barata en el país asiático resulta tan atractiva.
En internet es posible encontrar una gran variedad de sitios en inglés que ofrecen asesoría para comprar una akiya en Japón. Algunos de estos sitios son administrados por los gobiernos locales y en todos ellos se puede consultar el listado de propiedades en venta, su ubicación, precio y hasta el contacto del vendedor.
De acuerdo con Parker J. Allen, de la consultora Akiya & Inaka, si bien las casas abandonadas son muy económicas, la mayoría necesita restauración y mantenimiento. Afirma que esta es la parte más costosa y por lo general supera el precio de una vivienda nueva, eso sin agregar el tiempo que se deberá invertir en el proyecto. Es por eso que Allen recomienda "buscar el diamante en bruto", es decir, una casa que no necesite muchas reparaciones.
Los trámites legales asociados a la compra de la casa son otro obstáculo importante. En muchos casos, los propietarios originales no pueden ser encontrados y las propiedades están en manos de herederos que desconocen su existencia. Si añadimos la barrera del idioma el complejo sistema jurídico japonés, la idea de comprar una akiya puede llegar a desanimar a muchos interesados.
Imagen de portada: AkiyaMart
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