Un estudio recientemente publicado en Rhinology confirma que si bien el frío no genera virus, sí es capaz de debilitar el sistema inmunológico y favorece las infecciones respiratorias superiores (URTI, por sus siglas en inglés). No obstante, contrario a creencia popular, consumir alimentos y comidas frías no tienen relación con el resfriado.
El trabajo analiza cuatro formas de exposición al frío: respiración de aire frío, ingesta de alimentos y bebidas frías, enfriamiento agudo de la piel e hipotermia. De estas, la inhalación de aire frío resulta ser la más perjudicial, pues enfría las vías respiratorias y debilita las defensas y el sistema inmune.
El mito de consumir alimentos fríos
Ecles y Wilkinson apuntan que la creencia de que los alimentos y bebidas fríos dañan el cuerpo podría relacionarse con la idea hipocrática de que la buena salud depende del equilibrio entre cuatro cualidades: calor, frío, humedad y sequedad.
Los autores señalan que en la actualidad persiste la idea de que las enfermedades respiratorias son el resultado de un desequilibrio entre frío y calor en el cuerpo. A veces suele pensarse que este desequilibrio de temperatura se debe a consumir alimentos y bebidas fríos, lo cual vuelve al cuerpo propenso a infecciones.
Se suele pensar que consumir helados durante el invierno puede tener efectos nocivos. Esto está relacionado con la idea de que en la estación fría lo mejor es mantenerse calientes. Sin embargo, los investigadores no hallaron evidencia de que los virus del resfriado infecten la boca y el tracto digestivo. Por el contrario, los alimentos fríos como los helados tienen un efecto terapéutico en casos de dolor de garganta, gracias a su capacidad para aliviar inflamaciones.
¿Por qué el frío afecta tanto a nuestras defensas?
Si bien no son los alimentos fríos los que nos enferman, los autores afirma que sí existe relación entre respirar aire frío y enfermedades como el resfriado. De acuerdo con los autores, al respirar, la nariz calienta, filtra y humidifica cerca de 14,000 litros de aire cada día. Este aire contiene polvo contaminado con material infeccioso, como virus, bacterias y hongos. Esta es la razón por la cual la nariz y las vías respiratorias superiores suelen ser las zonas del cuerpo más vulnerables a infecciones.
Según el estudio, el enfriamiento de la nariz y las vías respiratorias por aire helado reduce la eficacia del moco y los cilios, que actúan como barreras naturales contra virus y bacterias. Además, cuando la piel se expone al frío, el cuerpo limita el flujo sanguíneo y dificulta que las células inmunes lleguen a las áreas afectadas. Es por ello que actividades como mojarse los pies pueden desencadenar síntomas similares a los de un resfriado.
Mortalidad por infecciones respiratorias aumenta en invierno
El artículo "Winter Mortality and Its Causes", publicado en International Journal of Circumpolar Health, apunta que durante el invierno, las bajas temperaturas disparan la mortalidad debido a enfermedades coronarias y respiratorias. El autor, W. R. Keatinge apunta que los contagios aumentan debido a que en estas fechas es común que grandes números de personas se congreguen en espacios cerrados y mal ventilados, lo que facilita las infecciones.
Para prevenir las enfermedades respiratorias, Keatinge sugiere procurar ambientes cálidos en interiores, y usar ropa adecuada en exteriores. Por su parte, Eccles y Wilkinson proponen cubrir la nariz, de manera que las vías respiratorias no queden expuestas a virus.
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