En el país donde existe un término específico para los decesos por exceso de trabajo, así como trabajadores que solicitan servicios para ayudarlos a renunciar a sus puestos, se suma el problema de escases en la mano de obra. Sumergido en una crisis demográfica que golpea el sector del empleo, Japón ha adoptado una medida en búsqueda de revertir la situación con McDonald's de la mano: pintarse el cabello de colores no será un problema.
A fin de mejorar el ambiente laboral y atraer nuevos talentos, la cadena de comida rápida anunció el levantamiento a las restricciones de apariencia, en específico las normas en contra de pintarse el pelo. Lo anterior, dado que la compañía exigía a sus trabajadores tener un tono "natural" acorde a las tradiciones culturales niponas.
Aunque en México muchas empresas han dejado de lado los códigos de vestimenta, así como existen leyes que protegen a los trabajadores en caso de tener tatuajes o el propio cabello de color, la tierra del sol naciente es más estricta en este ámbito. En el caso de los hombres, a menudo se espera o se recomienda que lleven el cabello corto, bien arreglado y sin estilos llamativos.
Por otro lado, las mujeres suelen ser incentivadas a optar por peinados discretos, de forma que se eviten colores vistosos o cortes que se aparten de lo convencional. En sectores más conservadores, como el financiero o en grandes corporaciones, estas normas suelen ser aún más estrictas. Incluso, era obligatorio el uso de falda y tacones hasta la llegada del movimiento #KuToo.
Sin embargo, en medio de la crisis más y más empresas abren las puertas a empleados con aspectos alternativos. Es ahí donde McDonald's ha alzado la mano en la revisión de sus políticas de apariencia con el objetivo de “permitir una mayor diversidad”.
La reciente implementación de la nueva política, probada inicialmente en un local de Osaka, ha generado resultados positivos. Según recaba QRS Media Asia, el restaurante triplicó la cantidad de nuevas contrataciones durante el mes de abril en comparación con el año anterior. Además, hubo un aumento en las ventas del 7% en el mes de agosto.
Con todo el contexto aclarado, ¿cómo repercute verdaderamente este cambio? Como bien mencionamos: contrarrestar la baja oferta en la mano de obra. Debido al envejecimiento demográfico y baja tasa de natalidad en Japón, la población activa decrece rápidamente, envejece y se retira. Mientras tanto, no hay suficientes jóvenes para cubrir esos puestos vacíos.
Según las estimaciones actuales, más del 28% de la población tiene más de 65 años, lo que genera una presión adicional en el país. Esto se ve especialmente en sectores clave como la manufactura, la construcción o el cuidado de ancianos, donde la demanda de trabajadores supera con creces la oferta disponible.
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