Los dinosaurios no solo dejaron fósiles: su extinción es la razón para tener uvas y vinos en la actualidad, según estudio

Uvas Dinosaurio
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Que existan alimentos como las pasas o el vino es, en parte, gracias a la desaparición de los dinosaurios. Un nuevo estudio del Field Museum indica que la extinción de estos animales pudo tener un impacto directo en la existencia de las uvas tal y como las conocemos.

Según esta investigación, las uvas pudieron evolucionar y extenderse gracias al asteroide que golpeó al planeta y prácticamente borró todo lo que existía en ese momento en la superficie terrestre.

El estudio, publicado en la revista Nature Plants, analiza semillas fósiles de uvas que tienen entre 60 y 19 millones de años de antigüedad y fueron encontradas en Colombia, Panamá y Perú.

Entre las especies descubiertas está una que representa el primer ejemplo conocido de plantas de la familia de la uva en el hemisferio occidental, lo que permite mostrar cómo se extendió en los años que siguieron a la extinción de los dinosaurios.

La influencia de los dinosaurios

En su hipótesis, Fabiany Herrera, curadora asistente de paleobotánica en el Museo Field y autora principal del estudio, indica que la desaparición de los dinosaurios pudo haber ayudado a alterar los bosques.

Esto se debe a que los dinosaurios, al ser animales grandes, podían modificar la forma de un bosque, probablemente derribando árboles y haciendo que el ecosistema fuera más abierto de lo que es actualmente, según Mónica Carvalho, coautora del artículo y curadora asistente del Museo de Paleontología de la Universidad de Michigan.

Con la desaparición de los dinosaurios, algunos de los bosques tropicales, entre ellos los de América del Sur, se volvieron más densos al no haber animales que los podaran, lo que generó capas de árboles que formaron un sotobosque y un dosel.

Uvas Fosilizadas

Así se abrieron nuevas posibilidades para las plantas que usaban las enredaderas para trepar a los árboles, como las uvas, mientras que la diversificación de aves y mamíferos también ayudó a esparcir sus semillas.

Encontrando las uvas

La semilla en cuestión fue encontrada por Herrera y Carvalho en 2022, mientras realizaban un trabajo en los Andes colombianos. Se encontraba en una roca de 60 millones de años de antigüedad, convirtiéndola además en el primer fósil de uva de América del Sur y en uno de los más antiguos del mundo.

Aunque diminuta, fue identificada a partir de su forma particular, tamaño y demás características morfológicas, las cuales se confirmaron con tomografías computarizadas.

El equipo nombró al fósil Lithouva susmanii, o "uva de piedra de Susman", en honor a un partidario de la paleobotánica sudamericana en el Museo Field.

Entendiendo la historia de las uvas

Los investigadores concluyeron que estas semillas fosilizadas, junto con otras de Colombia, Panamá y Perú, que abarcan entre 60 y 19 millones de años, cuentan la historia de la propagación de las uvas a lo largo de todo el hemisferio occidental, así como las extinciones y dispersiones de la familia de las uvas.

Fosil 01 Mónica Carvalho, coautora del artículo, sostiene el fósil de la semilla de uva más antigua encontrada en el hemisferio occidental.

Según Herrera, estos fósiles son parientes lejanos de las uvas nativas del hemisferio occidental, mientras que algunas solamente se encuentran en el hemisferio oriental hoy en día.

Además, los fósiles encontrados también permiten entender su viaje evolutivo. A pesar de que muchas especies se han extinguido en la región del Centro y Sudamérica, otras lograron adaptarse y sobrevivir a lo largo de todo el mundo.

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