Cuando vas al mercado, regresas a casa y lo primero que haces, o deberías hacer, es lavar y desinfectar las frutas y las verduras. Esto se debe a que les quitas la tierra, hojas, pesticidas o patógenos biológicos que estén impregnados; en otras palabras, sirve para eliminar cualquier bacteria o germen que pudiera ocasionarte problemas de salud si los ingieres.
Sin embargo, existe un alimento que no sigue esta misma lógica, lo vemos de manera cotidiana y es muy común que lo hayas visto en el fregadero, antes o después de lavarlo: se trata del pollo. Así es, ese increíble alimento con el que podemos preparar alitas, pechuga empanizada, caldo, brochetas, tacos y hasta vísceras para nuestras mascotas. Pero debes tener cuidado en su manipulación, ya que, por ningún motivo, deberías lavarlo.
Por qué no es buena idea lavar el pollo antes de cocinarlo
Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los mexicanos consumimos hasta 35 kg de pollo por persona al año, alrededor de 2 kg al mes y poco más de medio kilo a la semana. Entonces, al ser un alimento tan demandado en el país, deberíamos saber, mínimo, cómo manipularlo, consumirlo y tomar las medidas necesarias.
Entonces, no es bueno lavar el pollo antes de cocinarlo. La razón, de acuerdo con expertos, es que al lavar o enjuagarlo crudo, puedes propagar la bacteria Campylobacter al salpicar el agua en manos, ropa, superficies, utensilios y equipos de cocina. La principal forma de transmisión de esta bacteria es a través de la contaminación cruzada del pollo crudo con otros alimentos y superficies.
Para quien no conozca la Campylobacter, es una de las cuatro principales causas mundiales de enfermedad diarreica y está considerada como la causa bacteriana más frecuente de gastroenteritis en el mundo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque estas infecciones suelen ser leves, hay grupos específicos en donde son mortales, como niños pequeños, personas de edad e inmunodeprimidos.

Otras bacterias que se ha demostrado que pueden salpicar en otros alimentos u utensilios de cocina, son la Salmonella y Clostridium perfringens, ambas también afectan al aparato digestivo del humano. Finalmente, otros especialistas mencionan que al lavar el pollo, se pierden nutrientes, proteínas y vitaminas, ya que al entrar en contacto con el agua, se puede producir la pérdida de humedad en la proteína, lo que puede afectar su textura y jugosidad al momento de cocinarlo.
En resumen, cuando decides lavar el pollo, las bacterias pueden salpicar en utensilios y superficies de la cocina, fenómeno conocido como contaminación cruzada. Además de que también infecta a otros alimentos y pierde nutrientes. En combinación, tendrás una cocina sucia, con alimentos llenos de bacterias y un pollo menos nutritivo.
Cómo manipular el pollo
La buena noticia es que manipular el pollo tampoco es tan complicado, y podrías seguir los consejos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, que recomienda:
- Tener el pollo en envases sellados, o bien envueltos, dentro del refrigerador, de modo que el jugo no gotee sobre otros alimentos.
- Si vas a manipular el pollo, lava tus manos y luego de los 20 segundos, agárralo.
- Utiliza una tabla de picar específica para el pollo crudo.
- Lava con mucho jabón los utensilios de cocina que hayan tenido contacto con el pollo crudo, antes de usarlo en otras tareas.
- Al cocinar el pollo, la temperatura mínima debe ser de 73 °C.
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