En septiembre de 2023, la NASA hizo historia al traer a la Tierra una cápsula con muestras del asteroide Bennu, con la intención de obtener más información sobre los inicios del sistema solar. Tres meses después de su llegada, la agencia aún no puede abrir el contenedor de la misión OSIRIS-REx.
Bennu es un asteroide "potencialmente peligroso" para la Tierra, con un origen cercano a la formación del sistema solar, hace 4,500 millones de años, al que la nave OSIRIS-REx llegó a finales de 2018 para obtener una muestra de su superficie.
Después de orbitar durante 505 días el asteroide, la nave se acercó a la superficie y extendió su brazo robótico para recoger muestras de Bennu, una maniobra que resultó más peligrosa de lo esperado. La sonda luego se dirigió a la Tierra, lanzando una cápsula con el material al desierto de Utah en septiembre de 2023.
Intentando abrir el recipiente
Tras el aterrizaje, la NASA trasladó la cápsula hasta Houston, específicamente al edificio 31 del Centro Espacial Johnson, construido especialmente para recuperar y almacenar las muestras del asteroide sin contaminarlas. El cuidado de las muestras es tal que la NASA mantiene el contenedor en una caja presurizada con nitrógeno para evitar alterarlas.
Aunque la NASA intentó desmontar el contenedor el mismo día que llegó la cápsula, no pudieron hacerlo debido a dos tornillos atascados por el polvo que esparció la nave durante la misión.
Estos tornillos forman parte del mecanismo TAGSAM (Touch-and-Go Sample Acquisition Mechanism), que lanzó nitrógeno líquido sobre el asteroide para obtener las muestras. Durante este proceso, el polvo de Bennu quedó adherido a algunas partes de las cápsulas, quedando la mayor parte sellada dentro del contenedor de TAGSAM.
En total, el contenedor está asegurado con 35 tornillos, de los cuales la NASA ha retirado con éxito 33, pero los otros dos no se han podido sacar con las herramientas creadas para ese fin. Actualmente, los ingenieros de la agencia trabajan en nuevas soluciones para abrir la cápsula, sin contaminar las muestras en el proceso, algo que esperan lograr durante el primer trimestre de 2024.
Lo obtenido por la nave
Dentro de la cápsula se estima que hay aproximadamente 250 gramos de material, además de los 60 gramos adicionales fuera del contenedor, una combinación de polvo negro y regolito de Bennu que se ubicaban bajo una tapa protectora de aluminio.
En el estudio de estas primeras muestras se reveló la presencia de agua atrapada en la estructura cristalina de minerales arcillosos, una forma en que pudo haber llegado a la Tierra primigenia, además de la mayor cantidad de material carbónico documentada en un cuerpo menor, incluyendo los meteoritos terrestres.
El 70% del material se mantendrá almacenado durante años con la intención de guardar muestras para su estudio en algunos años, cuando la tecnología de análisis se haya modernizado.
Por ahora, faltan algunas semanas más antes de que la NASA pueda acceder a las muestras del contenedor, que también comparará con las de otros asteroides, como el Itokawa, visitado por la misión japonesa Hayabusa.
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