Hemos descubierto que ayudar a los compañeros es contraproducente, a menos que te lo pidan

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En el trabajo, si no te piden ayuda, no ayudes. Este consejo no sale de la nada, pues lo respalda una investigación del Instituto Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo de Berlín. De acuerdo con los resultados de este proyecto, dar consejos u ofrecer ayuda no solicitada es molesto.

A ver, tampoco era necesaria tanta ciencia para confirmar algo que muchos sentimos: cuando nos intentan ayudar sin solicitarlo, es irritante. Más de un alma llena de buena voluntad seguramente se sentirá "atacada" por ello, pero es la psicología la que nos brinda los motivos por los cuales no se debe brindar apoyo no solicitado.

Voy a ser honesto, no soy una persona a la que le encante meterse en lo que hacen los demás. No puedo recordar la última vez que, sin estar 100% seguro de que era necesario, ofrecí ayuda en el trabajo. Algunos pueden tildarme de no ser pro activo, o no ser un buen compañero, y seguramente eso te convierte en una persona que ha ofrecido su ayuda aun cuando no se lo han pedido.

Esto no es algo malo en sí, después de todo, estoy seguro de que la mayoría lo hace con buena fe. Sin embargo, Anika D. Schulz se encargó de estudiar por qué la ayuda no solicitada tiene un impacto negativo, aun cuando el origen del ofrecimiento es positivo. Como dirían las abuelitas, "no hagas cosas malas que parezcan buenas".

La investigación de Schulz encontró que cuando se interviene en el proceso de trabajo de un compañero o compañera en la oficina, el aprendizaje se ve obstaculizado. Se quita esa sensación de progreso personal cuando alguien llega, aun con todas sus buenas intenciones, a ayudar. En resumen, parece que te consideran incapaz de realizar tus funciones.

Dicho efecto tiene repercusiones en la autoestima y percepción del desempeño personal, no solo dentro del trabajo. Lo publicado por Anika arroja que esta sensación se preserva a lo largo de los días, no solo en el momento inmediato a cuando se brinda la ayuda no solicitada. Se trata de algo que podría durar semanas:

"La frustración de la autonomía resultante de la ayuda no deseada ofrecida no se disipa rápidamente; tiene efectos a lo largo de semanas, lo que conduce a un aumento de la rumiación postlaboral y dificulta el desapego psicológico del trabajo".

Anika y compañía concluyen lo evidente en su estudio: preguntar antes de ayudar. Esto nos ahorrará no solo recibir reacciones no esperadas (irritar o molestar a los compañeros), sino también causar potenciales problemas de autoestima y aprendizaje a nuestro equipo de trabajo. Si algo puede mermar el desempeño de cualquier lugar es un ambiente anímicamente bajo o tenso.

Una percepción general

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Como decíamos al principio, esto no es algo del otro mundo. Estoy seguro de que somos más los que nos hemos irritado por este tipo de situaciones que los que no. Una publicación en Reddit, titulada "¿Les molesta la gente que da consejos no solicitados?", tiene bastantes comentarios y reacciones confirmando que sí, que es molesto y que en algunos casos esto puede tener un trasfondo no tan agradable.

Un usuario llamado magnum1370 comenta en la publicación lo siguiente:

"Consejos no solicitados = intentar controlar el comportamiento de otra persona. Dicho esto, ser un poco controlador es propio de la naturaleza humana; solo es disfuncional cuando el controlador no es dueño de ello".
Usuario de Reddit.

Eso que dijo aquel usuario no es poca cosa, de hecho hay un estudio que confirma sus palabras. La investigación se llama "Dar consejos: un camino sutil hacia el poder" y fue realizada por académicos de la Universidad de Singapur. En la publicación se comenta cómo brindar consejos no solicitados puede aumentar la sensación de poder de las personas.

Dar consejos no solo da una sensación de poder al consejero, sino que también la gente en busca de poder tiene mayor tendencia a ofrecer su apoyo. Tal como dicen en el estudio: "dar consejos [no solicitados] como una ruta sutil hacia una sensación de poder, muestra que el deseo de sentirse poderoso motiva el dar consejos y destaca la dinámica interacción entre poder y consejo".

Así que ahí lo tienes, es mejor ser un poco más cauteloso con estas situaciones. No está mal querer ayudar, querer dar un consejo o intentar apoyar de alguna manera a nuestros compañeros de trabajo, pero quizás la mejor manera siempre será preguntar si lo quieren.

No nos cuesta nada ser un poco más considerados y simplemente soltar la pregunta antes de soltar el consejo. Irónico que comenzara este texto con la frase "este consejo no sale de la nada".

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