Obtener placas de auto clásico es un proceso que requiere cumplir con ciertos requisitos específicos. Estas matrículas son altamente deseadas por entusiastas y coleccionistas que buscan preservar y resaltar el valor histórico de sus vehículos.
Para ser elegible, el automóvil debe tener al menos 30 años desde su fabricación. Este es el primer filtro, pues no cualquier auto antiguo califica como clásico. Además, el vehículo debe conservar su configuración original, es decir, no debe haber sufrido modificaciones significativas en su motor, carrocería, o interiores. El objetivo es mantener la autenticidad del auto tal como salió de fábrica.
Otro punto importante es que el propietario debe presentar un dictamen técnico avalado por el Instituto Politécnico Nacional. Este documento certifica que el vehículo está en condiciones óptimas y cumple con los estándares establecidos por la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México.
El proceso de solicitud también requiere la presentación de documentación básica, como la tarjeta de circulación vigente, una identificación oficial y comprobante de domicilio. Además, se debe cubrir el costo correspondiente del trámite de 893 pesos.
Un aspecto interesante de las placas de auto clásico es que estos vehículos están exentos de ciertas restricciones como el programa “Hoy No Circula” y la verificación vehicular hasta por cinco años, lo que añade un valor adicional a obtener estas placas.
¿Cuánto cuesta restaurar un auto clásico?
Restaurar un auto clásico puede ser un proceso costoso que varía considerablemente según el estado inicial del vehículo, la disponibilidad de piezas originales y la calidad de los materiales y la mano de obra involucrados.
En promedio, la restauración completa de un auto clásico puede oscilar entre 100,000 pesos o superar el millón de pesos. Este rango depende del tipo de vehículo y del nivel de restauración deseado, ya que algunos propietarios optan por procesos más detallados y rigurosos que pueden elevar significativamente los costos.
En algunos casos, el costo de restauración puede superar el valor de reventa del vehículo, lo que hace que este proceso sea más una labor de amor y preservación histórica que una inversión rentable. Para los verdaderos aficionados, sin embargo, este esfuerzo vale la pena, ya que permite no solo preservar un pedazo de historia automotriz, sino también disfrutar de ciertos beneficios en el uso diario del vehículo.
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