El pasado miércoles 9 de octubre Google anunció la disponibilidad en México de su servicio Google Play Music, a través del cual se podrán adquirir canciones en formato digital así como escuchar la que se guste por una tarifa mensual.
Google se suma a Apple y su iTunes, disponible en el país desde agosto de 2009, así como a Spotify, disponible desde el pasado abril, y a otros proveedores del servicio de música, con la intención de arrebatarle a la piratería un pedazo del pastel. Pero esto no será fácil por diversos factores pues todavía son grandes los obstáculos que hacen que el consumidor prefiera conseguirla de manera ilegal y no pagar por ella.
Conciliar los intereses entre las empresas discográficas y las empresas de Internet para poner en marcha un servicio de música en línea, ya sea adquirida o rentada, no es sencillo por varias razones, siendo uno de ellos el tema de la piratería. A Google le llevó casi dos años ofrecer su servicio en México y a Apple ocho años. No olvidemos a Napster cuando fue lanzada en 1999 y a los pocos meses demandada debido a que facilitaba el intercambio ilegal de música, incluso a través de este medio se filtraron canciones de artistas que recién eran grabadas, lo que perjudicaba su posterior lanzamiento y ventas.
Las opciones de música en streaming son muchas...la piratería no se reduce
Con el desarrollo del Internet se fueron agregando muchos servicios y productos que podían ser adquiridos con un simple click. Uno de los primeros productos que pudieron comprarse allá por los 90s fueron los libros. Amazon fue el pionero y es todavía el campeón en el tema, empresa que apenas aterrizó en México el pasado mes de agosto. Casi de inmediato le siguió la música, siendo Apple quien revolucionó a esta industria en el ámbito de su venta y distribución legal gracias al lanzamiento de iTunes allá por 2001, aunque no comenzó a vender música en línea sino hasta 2003.
A partir de entonces nacieron muchas empresas queriendo replicar el modelo de negocios de Apple (vender música en línea), pero luego surgió otro modelo relacionado; rentar la música por una cuota mensual o anual, es decir no se compraba y por lo tanto no se poseía, aunque se tiene el derecho de elegir o programar lo que se quiere escuchar. Los más famosos de este modelo son Deezer, Spotify y Rdio. Recientemente Apple y Google entraron a este negocio. También está el esfuerzo de Microsoft con su servicio de XBox Music, quien goza de una buena plataforma de venta dadas las millones de PCs existentes en el mundo más sus dispositivos móviles.
Paralelamente las estaciones de radio aprovecharon la tecnología para transmitir también en línea. Pero como era un problema andar buscando las estaciones en páginas diferentes, surgieron páginas web que las concentraron y además facilitaron su búsqueda. El más exitoso de ellos es sin duda TuneIn.
Pero a pesar de la enorme variedad que se tiene para adquirir o escuchar la música deseada a través del Internet y de forma legal, la piratería no disminuye. El impulso y deseo humano de obtener y poseer lo que necesita por medio del mínimo esfuerzo y al menor costo, sigue dominando. Y dicho dominio se incrementa en países donde la legalidad, los bajos ingresos y la limitada aplicación de la ley son la constante.
La música en streaming y piratería en México
La piratería en México (incluyendo música, libros, software, cigarros, etc.) tiene un valor de alrededor de 200 mil millones de pesos al año. En el tema de la música según algunos estudios cada año se bajan de Internet en México alrededor de 6 mil millones de canciones de manera ilegal. Si a cada canción la valuamos conservadoramente en 10 pesos estamos hablando de un mercado pirata de 60 mil millones de pesos. Y por este mercado es el que apuesta Google Play Music, Spotify, iTunes y todos los demás servicios similares presentes en México.
El tema de piratería en cualquier forma y medio es por demás controversial y posturas al respecto hay muchísimas. Por ejemplo, un estudio del Instituto de Prospectiva Tecnológica indica que la piratería puede aumentar las ventas de música legal (música para los oídos de los piratas), pues incrementos de 10% en la primera conllevaron a incrementos de 0.2% en la segunda. De cualquier forma esta relación sigue siendo muy pobre a favor de las discográficas y sobretodo de la legalidad.
Visualizando la tienda de Google Play Music en México ubico que la canción más barata está en 9 pesos, un precio que de entrada parece accesible. Pero cuando en el metro de la Ciudad de México o en las calles céntricas de cualquier ciudad mexicana se ve y escucha a vendedores de música pirata ofreciendo CDs con cientos de canciones a 10 pesos, el precio de 9 pesos ya no es accesible, sino alto.
Disminuyendo el problema de la piratería en México
Los graves problemas sociales muchas veces se resuelven aplicando el sentido común con una dosis de expertise más otra de voluntad política Sin ser experto en el tema, ni siquiera aficionado, visualizo la disminución de este problema bajo tres caminos paralelos.
El primero es la educación. En México nuestro nivel de educación sigue siendo muy bajo y eso conlleva a la violación de leyes sin cargo de conciencia (“El que no transa no avanza” es nuestro credo). El segundo es la aplicación de la ley, lo cual es bien sabido en México tarda años si es que algún día se aplica. Ambos temas están ligados a la corrupción imperante.
El tercero es facilitándole al interesado en música digital los medios necesarios para que la adquiera de manera fácil y barata. ¿Cuál es el precio por canción para que un comprador de música pirata compre música legal? ¿50 centavos, 1 peso, 1.5 pesos? El problema no sólo es el precio de la canción digital sino los medios para escucharla y disfrutarla.
En México una inmensa mayoría de la población tiene un reproductor de CD (aunque van a la baja sus ventas), pero todavía un minoritario porcentaje tiene un aparato para reproducir música digital sea smarthphone, reproductor de música digital, laptop, etc. Hay varios factores de esto como su costo (que baja día tras día), la resistencia natural a migrar a otro formato pero principalmente el no saber usarlo, por simple que parezca.
Si yo fuera un alto ejecutivo de una compañía discográfica haría una alianza comercial con los fabricantes de smartphones así como con Google, Apple y Microsoft para promover todavía más el uso de estos dispositivos entre la población, lo cual abre la posibilidad de que adquieran música legal. Android sería mi primera apuesta de alianza dado que domina por mucho el mercado.
Pero la realidad es que las empresas discográficas a estas alturas todavía prefieren seguir peleando para cuidar sus centavos, mientras pierden muchos pesos. Con esta postura es evidente que su futuro es cuestionable. Mientras la relación cantante-audiencia, se hace de manera más directa.
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