Los videojuegos están pasando por una etapa muy complicada, donde las grandes empresas no se puede arriesgar a sacar nuevas franquicias y deben recurrir a sus viejos éxitos o remakes para poder financiar algunos títulos y como ejemplo perfecto tenemos a Capcom, Konami o SEGA, que sus problemas financieros los obligan a apostar por la segura y no arriesgarse como lo hacían anteriormente.
Con la aparición de Kickstarter pudimos ver como muchas compañías independientes presentaban sus proyectos para lograr el financiamiento de la gente, ofreciendo diferentes incentivos, desde una copia digital del juego, hasta una fiesta con el estudio exclusiva para la persona que pudiera dar una cantidad muy alta.
En un inicio los resultados fueron interesantes vimos juegos como Shovel Knight que nunca hubiera aparecido sin el apoyo de la comunidad, pero como todo, después fuimos viendo de casos que que no funcionaron muy bien como OUYA, la consola con Android que intentaría llevar los juegos de móviles a una experiencia más casera y que en realidad no era tan mala idea, pero el mal desarrollo, la cantidad tan pequeña de juegos y las invitaciones piratas lograron que en la actualidad la empresa se encuentre en venta.
Double Fine es la empresa de Tim Schafer, reconocido por sus aventuras gráficas como Monkey Island o Grim Fandango que han sido muy buenas pero en los últimos años no ha tenido los mejores resultados en cuestiones de ventas, lanzaron Broken Age, recibiendo un 804% más de su propuesta inicial y los resultados han sido muy buenos con pocas semanas del juego completo en PlayStation y Steam.
Pero como en la mayoría de los casos de éxito, vimos a muchas personas que aprovecharon su historial para presentar un nuevo proyecto, hablaremos de tres títulos en particular: Mighty No. 9, Yooka-Laylee y Bloodstained: Ritual of the Night.
El primero apareció en 2013 con Keiji Inafune, conocido por todos como el “creador” de Mega Man, aquel personaje mítico de Capcom que ha sido ignorado en los últimos años y por ello decidió hacer su propio juego que se catalogó como una secuela espiritual del juego, que mantenía los elementos clásicos, pero con unos extras que lo hacía un poco más interesante. Cuando fue lanzado el proyecto logró superar el 400% de la meta original con 4 millones de dólares, para que comprendan la magnitud es un presupuesto similar a The Witcher 2, algo que no es normal en juegos así.
Una de las molestias que apareció después, fue que volvieron abrir otro proyecto del juego, pero solamente para el doblaje del juego, detalle que se vio muy mal, ya que con un presupuesto tan alto no era necesario, el problema es que la gente siguió apoyando.
El título aún no aparece pero los últimos videos han mostrado que el juego ya no se ve tan bien como su arte conceptual, es conocido por muchos que la finalidad de Kickstarter es que logren el apoyo inicial para poder desarrollar el juego, no se espera un financiamiento absoluto, detalle que en Mighty No. 9 parece que hasta las ganancias ya las recibieron por la comunidad.
Por otro Playtonic es una empresa creada por algunos veteranos de Rare, estudio muy popular con Nintendo, en franquicias como Killer Instinct, Donkey Kong Country o Banjo-Kazooie, juego en el que está inspirado Yooka-Laylee, con dos nuevos personajes pero con ese estilo que le gustó mucho a la gente, rompiendo el record del un millón de libras en menos de una hora, actualmente ha superado tantas metas que la última era tener una banda sonora completamente orquestal.
Para terminar vamos con Bloodstained: Ritual of the Night, creación de Koji Igarashi, productor de varios juegos clásicos de Castlevania, incluyendo Symphony of the Night, su meta inicial se cumplió en pocas horas y entre sus extras es la posibilidad de contar con una dificultad muy elevada y contar con David Hayter, actor de voz de Snake, que fue reemplazado en el último Metal Gear Solid por Kiefer Sutherland.
Al final los tres proyectos aún no salen y juzgar algo en base a imágenes no sería lo correcto, lo que sí podríamos hablar es los límites de los financiamientos, títulos como Mighty No. 9 no importa de cierta manera sí son un éxito comercial, ya que el dinero que recaudaron fue más de lo planeado, por otro lado hemos visto como proyectos que generan mucho dinero “inventan” metas solamente para que la gente tenga más pretextos para apoyar.
Otro detalle para analizar es que los desarrolladores famosos tienen la posibilidad de llevar su juego a una empresa que lo quiera publicar para recibir ese apoyo, pero eso haría que el pastel de ganancias sea mucho más pequeño, así es que es mejor intentar aprovechar el lado nostálgico de la gente para que ellos sean de cierta manera nuestros productores ejecutivos.
Con Yooka-Laylee acaba de pasar algo peculiar, al completar todas sus metas, inventaron una más, por medio millón de libras más recibíamos un contenido descargable gratuito, podría sonar normal, pero cuando descubres que la meta original para que el juego pudiera ver la luz era de menos de una tercera parte de la cifra del DLC, sabes que algo no está bien.
Mientras no se regulen muchos detalles no es tan recomendado apoyar proyectos que ya superaron sus metas por mucho, posiblemente podrían donar la cantidad suficiente para recibir un código del juego y así no sentirse estafados, pero es un detalle para analizar, ya que algo que inicio como para apoyar se anda convirtiendo en un abuso por más de uno.
¿Apoyan este tipo de proyectos?
Imagen | Kotaku
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