No es secreto que conforme vayan apareciendo títulos nuevos, las empresas firmen contrato de exclusividad en sus plataformas, algunas permanentes y otras temporales, como el caso de ‘Final Fantasy XVI’ que tardará aproximadamente seis meses en llegar a otras plataformas luego de su debut en la consola de Sony.
Para el senador republicano de Dakota del Norte, Kevin Cramer, esto le parece “un comportamiento anticompetitivo”, y envía una carta al CEO de Sony, Kenichiro Yoshida, solicitando información sobre los acuerdos de exclusividad, afirmando lo siguiente:
"Cada vez más, parece que el dominio de Sony se puede atribuir a prácticas de exclusión, incluido el pago a los editores de juegos para que no distribuyan sus juegos en plataformas rivales".
Además, Cramer afirma que los intentos de Sony de oponerse a la adquisición de Microsoft a Activision Blizzard es un claro ejemplo de su “conducta anticompetitiva”, recordando que poco después de que la empresa japonesa adquiriera Bungie, comenzaron los “cabildeos” por parte de la FTC y otros reguladores hacia Xbox.
En la carta de Cramer termina con una serie de peticiones hacia Yoshida de:
- Todos los acuerdos otorgan a Sony un derecho exclusivo para distribuir un juego de terceros.
- Todos los acuerdos entre Sony y editores externos que les impiden lanzar sus juegos en otros sistemas.
- Todos los documentos internos de la empresa "que describen el fundamento estratégico" de la decisión de Sony de adquirir Bungie.
- Toda la correspondencia con el gobierno de EE. UU. o las agencias reguladoras relacionadas con la competencia de videojuegos.
Lo curioso es que varias de las exclusivas temporales de Sony terminan siendo de estudios japoneses, como el más sonado de Square Enix, con su ‘Final Fantasy VII Remake’ el cual nunca llegó a las consolas de Xbox, o ‘Street Fighter V’, título que se quedó en PS4 y PC debido a una asociación en el desarrollo entre Sony Computer Entertainment y Capcom.
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