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Probamos la nueva OLED de Sony de 77 pulgadas: la A80J es descomunal por todos lados, tanto en imagen como en su precio de 120,000 pesos

Steve Saldaña

Editor Senior

Periodista de tecnología y ciencia. Escribo y analizo la industria de plataformas tech en México y soy fan de la ética tecnológica. También soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Hago locución comercial, produzco podcast y soy presentador del podcast semanal ROM. LinkedIn

La A80J es la prueba de que el 4K y el OLED tiene todavía que decir para rato, y que no porque un modelo no cuente con 8K está en camino pronto a declararse como obsoleto.

Sony que con tanto ahínco le ha dedicado mención a su nuevo "procesado cognitivo" parece que no estado hablando a la ligera, aunque es difícil saber si lo impactante de la A80J está en su inteligencia artificial, en la calidad del panel, en la intuitividad de su manejo, o en una combinación de todo.

Pero sí, la A80J es una declaración de que uno no necesita obtener una Master Series para tener acceso a una experiencia visual despampanante en pantallas.

Especificaciones técnicas de la A80J

La A80J forma parte de las nuevas Bravia XR presentadas en el CES a inicios del 2021 y que cuentan con el cognitive Processor XR. Disponible en tamaños de 55, 65 y 77 pulgadas, la que es protagonista de este texto es el tamaño más grande. En el frente sus marcos mínimos y equilibrados destacan de inmediato, aunque al reverso del equipo está la característica "mochila" de Sony que de bella no tiene nada. Al menos pasará desapercibida casi siempre por estar de cara a la pared.

Lo que sí da versatilidad y es especialmente útil al momento de colocar el equipo es que los soportes pueden montarse en tres posiciones distintas. Está el ajuste estándar donde los soportes llegan casi al margen lateral de cada lado, un ajuste más estrecho en donde los soportes están más juntos entre ellos y cuya posición es la de todas las fotos de este texto, y un ajuste para barra de sonido que levanta la pantalla algunos centímetros por encima de la superficie en que está, de manera que ahí pueda colocarse un dispositivo de audio.

Por si había falta decirlo, esta pantalla es inmensa. Pesa por si sola 28.9 kilos y con ayuda del soporte su postura es lo bastante sólida como para no comenzar a sudar si una mascota pasa a lado de ella. En cuanto a puertos contamos con cuatro HDMI de los cuales uno está orientado hacia el lateral y tres hacia abajo, además de entrada de video compuesto, salida de audio digital, jack 3.5 milímetros, audio óptico digital, tres puertos USB de los cuales dos se orientan al lateral y uno al lado inferior y una entrada ethernet.

Estos son los puertos dispuestos en horizontal.
Y estos son los puertos dispuestos en vertical

Sobre los HDMI dos de ellos son 2.1 y tienen compatibilidad con ALLM (Auto Low Latency Mode); los otros son 2.0. Los dos 2.1 están orientados hacia el lado inferior y, desafortunadamente, uno de ellos es el eARC, así que si un usuario ya tiene una barra de sonido se quedará con uno disponible para aprovechar el 4K a 120 Hz. Si sucede que el usuario tiene dos consolas que saquen provecho de las prestaciones del 2.1, no quedará más remedio que estar conectando y desconectando con frecuencia. Una pena sin duda.

Hablando ya de procesado de imagen la A80J tiene compatibilidad con HDR10 (no HDR10+), Dolby Vision, mejora de calidad con XR Super resolution, Triluminos Pro, Tecnología Live Colour, Suavizado XR y mejoras de contraste con OLED XR Contrast, Pixel Contrast Booster y XR HDR Remaster, la gran mayoría tecnologías propietarias de Sony y que hemos visto antes. Así lo es también en audio dado que contamos con Acoustic Surface Audio+ (de manera que el sonido proviene directamente de la pantalla) y compatibilidad con Dolby Audio y Dolby Atmos y DTS Digital Surround.

De compatibilidad no hay que preocuparse: la A80J tiene Chromecast integrado, compatibilidad con Alexa y también con AirPlay

El control es uno bastante estándar en diseño y en tamaño, pero no en el buen sentido. Incorpora accesos directos para Netflix, YouTube, Prime Video y Disney+ y los conjuga con el clásico pad de números y muchos otros botones que difícilmente ocuparán todos los usuarios. El control me ha parecido anacrónico. Es extraño usar un mano que tiene casi 50 botones y de los cuales he usado menos de 10, pero supongo que hay un mercado bastante amplio que los sigue utilizando allá afuera, si no por qué seguirlo diseñando así.

Además, el control remoto pierde en esta versión el retroiluminado que si tiene la versión más portentosa de la serie A y que pertenece a la Master Series. Eso sí, por el frontal su acabado es cepillado así que luce bastante bien, pero la rugosidad de la parte posterior desencaja con la estética del mando. Lo buena noticia es que la textura del posterior ayuda mucho a una mejor sujeción para que el mando no vaya a parar fácilmente al suelo por un descuido.

El control es muy, muy largo, y no tiene retroiluminación

El aliado Google TV

Mucha textura al posterior e infinidad de botones: es algo sui generis usar un control como el descrito que además tiene reconocimiento de voz con ayuda del Asistente de Google, que por supuesto estaría involucrado pues estamos ante una Google TV; cierto, mi primer acercamiento formal a Google TV desde que Android TV pasó a ser historia.

Google TV cumple con la promesa de sencillez: la pantalla principal tiene una fila con las apps que se han dispuesto para poder acceder a ellas fácilmente, y debajo una serie de filas con contenidos recomendados de distintos servicios de streaming así que en muchos casos no será necesario entrar a cada app para acceder a un contenido.

Así luce la pantalla inicial

No está demás decir que la integración para facilitar los accesos es maravillosa. Tengo más de cinco servicios de streaming y el acceso a todos ellos se sincronizó a la perfección con mi cuenta de Google, lo que es una buena noticia tomando en cuenta que el asistente no servirá para dictar palabras o caracteres al momento de ingresar correos o contraseñas. Si se llega a necesitar, entonces el ingreso de caracteres deberá de hacerse "a la antigüita", navegando entre el mapa de letras con los botones físicos del control.

La mala noticia es que he echado de menos un poco de personalización con ayuda de herramientas nativas y sin tener que recurrir a apps de terceros. Ni siquiera con el uso constante de la televisión y el ingreso de mis búsquedas las recomendaciones de la pantalla inicial han cambiado, así que tras varias semanas he quedado harto de encender la tv y encontrarme de lleno con lo que se convirtieron en spots publicitarios de contenidos que en su momento elegí no ver.

Así se ve el modo "solo apps", sin reacomodo de miniaturas

La única alternativa es elegir el modo "solo apps", por el que desaparecen todas las filas con recomendaciones de las plataformas de streaming, y solo permanece la primera fila con los íconos de las apps. Es por lo menos desafortunado que la fila no ocupe el nuevo espacio ganado, así que como resultado tenemos una fila de apps que ocupa una mínima parte del televisor y debajo muy espacio muy, muy grande (cuanto más en 77 pulgadas) en el que no hay absolutamente nada, lo que únicamente sirve para evidenciar que ahí debería de haber algo.

Con ese modo "solo apps" me he resignado a volver al modo con numerosas filas en la pantalla inicial, aunque sea con material que no quiero y nunca tuve intención de ver.

Espectacular, desde donde sea que se le mire

Con el 8K fuera de la ecuación y admitir que en integración Google TV hace bien su trabajo, resulta que la A80J tiene algunas otras novedades, destacando desde luego la insignia de la nueva generación de televisores, el procesado cognitivo que a decir de Sony interpreta las imágenes "como si un humano lo hiciera", así que en lo que tiene que ver con marketing, Sony se ha apartado de usar el término de inteligencia artificial.

Los marcos son muy finos

He de decir que siendo que la principal función del cognitive processor XR es aplicar ajustes específicos de color, contraste, brillo y otros, a zonas específicas de la imagen (pero siempre tomando en cuenta aspectos de toda ella, según Sony), mi principal preocupación era que la imagen se notara desbalanceada o artificial, vaya, que los ajustes distintos para cada zona (que desafortunadamente el usuario no puede conocer) se hicieran notables y entonces la imagen se presentara a trompicones, con por ejemplo, negros distintos para cada zona.

Nada más equivocado: desde los primeros usos noté que mi temor era infundado. El "procesado cognitivo" funciona tan bien como cualquier otra portentosa inteligencia artificial que, si funciona adecuadamente, su trabajo es tan bueno que es fácil olvidar que existe.

Pero claro que el procesado sí está. Las imágenes lucen mucho más brillantes de lo que son, los primeros planos ganan detalle y los segundos se difuminan para perder protagonismo, las siluetas siempre están bien marcadas y, en un resultado que se debe tanto al procesado como al panel OLED, los detalles que están en las sombras no se pierden con facilidad, un característica colateral sujeta a reclamo habitual de quienes utilizan OLED.

La A80J se olvida en gran medida del riesgo de colocar una OLED frente una ventana abierta: en las semanas de prueba exactamente frente al televisor he tenido una enorme ventana que poco problema me ha causado incluso en las horas de la tarde en que el rayo de luz penetra directamente e impacta de frente al televisor. La prueba que debería ser la de fuego para un televisor que presume su brillo es esta, y en la gran mayoría de las ocasiones la A80J es tan luminosa, que no me he tenido que preocupar por levantarme a cerrar las cortinas siempre y cuando no tuviera contenido con zonas negras.

En particular en juegos la pantalla hace un gran trabajo y saca a relucir ese brillo que no resulta en colores deslavados ni tampoco en esas saturaciones extrañas propias de los "modo juego" de muchos otros modelos y otras gamas y que más de un lector habrá padecido.

La A80J tiene inmejorables ángulos de visión, sin distorsiones a notar en color
Sin duda el HDR10+ le vendría bien a la A80J, pero en el uso diario no he extrañado la compatibilidad

El que la A80J tenga procesos algorítmicos ejecutándose en tiempo real no quita al usuario la opción de ver contenidos bajo distintos modos. Está desde luego los clásicos "juegos" y "cine" pero se añade "IMAX Enhanced" que se ha convertido en uno de mis favoritos para ver series y películas. "Dolby Atmos brillante" y "Dolby Atmos Oscuro" darán bastante juego para quienes tienen condiciones variantes de luz, con todo y que la propia A80J tiene ya incorporado un sensor para detectar luz medioambiental y ajustar el brillo según se requiera. Por si acaso, la medición de luz ambiental puede encenderse y apagarse a voluntad.

Incluso para los preocupados sobre cómo consumir contenidos con la intención del autor está el no tan nuevo modo calibrado para Netflix que tiene la certificación de la plataforma de streaming y que elimina rastros de motionflow y suele hacer los colores ligeramente más cálidos.

La función de motionflow que inserta fotogramas para hacer los movimientos más suaves puede ser encendida, apagada, o nivelada en la A80J

Aun con todas estas experiencias sobresalientes, no sé hasta qué punto ellas han tenido que ver con el nuevo "procesado cognitivo". Francamente no tengo las herramientas suficientes para esperar menos de una pantalla que si bien no es la más avanzada, está lejos por su precio de ser considerada para público de masas.

Y claro está que la imagen no se consume igual sin un sonido a la altura. El Acoustic Surface Audio+ de la A80J es una delicia y acompañado de Dolby Atmos resulta en sonido proveniente directamente de la fuente con graves más profundos de los que he probado en cualquier otro televisor, aunque no por ello he extrañado el usar una barra de sonido.

La A80J tiene muy decentes niveles de volumen y potencia, pero después del 60% de volumen que ya por sí mismo raya en lo escandaloso, hay distorsiones notorias en las frecuencias bajas y, desafortunadamente, diferencias importantes en el volumen de distintos sonidos según su frecuencia, de manera que me ha pasado en más de una ocasión tener el volumen adecuado para escuchar perfectamente un diálogo solo para inmediatamente después sobresaltarme por un estallido cuyos graves no equiparan ni de cerca al volumen de la conversación. El audio sin duda es portentoso, pero es mejor si se mantiene por debajo del nivel 30 para evitar tanto las distorsiones como los niveles desiguales.

La opinión de Xataka México

La A80J brilla, literal y metafóricamente. En colorimetría, brillo, contraste, e incluso para los que son fanáticos de suavizar el modelo en pantalla, la A80J lo tiene todo bien.

Como pasa casi siempre con televisores, es difícil atribuir el resultado final a solo un aspecto de la pantalla, así que sin poder asegurar si se trata del "nuevo" procesado cognitivo de Sony, la calidad de la imagen es excelente. Quizás, en audio, yo no dejaría de lado la posibilidad de tener un equipo secundario con multicanal, porque si de algo no me termino de fiar por completo en la A80J es precisamente de su sonido; portentoso, definitivamente, pero no del nivel de excelencia que tiene la imagen.

La A80J es el equivalente al point and shoot de las cámaras de los teléfonos: el usuario menos experimentado no necesitará calibrar nada para disfrutar de la espectacularidad de su imagen, porque tan pronto se monta sobre una superficie está casi lista para verse como se debe; lo único que falta es configurar los contenidos necesarios para arrancar y de eso Google se encarga con soltura.

Pero claro, está el precio. La A80J de 77 pulgadas tiene precio oficial de 121,999 pesos, aunque no es difícil encontrarle con oferta de algún tipo en la tienda de Sony. Cierto es que el precio es superior al de productos similares la competencia, pero también es cierto que mi experiencia ha ido tan bien que me cuesta mucho creer no estar ante una Master Series, ya no de este, de cualquier otro año reciente.

En todo caso me hace preguntarme bajo qué condiciones uno debería tener su pantalla principal como para considerar necesario escalar al siguiente modelo, la A90J. Sería negligente de mi parte no reconocer que el precio es tan restrictivo que es una pena que este derroche tecnológico esté lejos del mercado de masas; al final la buena noticia es que el 4K OLED de Sony todavía tiene que decir, la mala es que nada indica que estos maravillosos parámetros tecnológicos se conviertan pronto en estándares más asequibles, al menos no en el territorio de Sony.

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