Netflix, Prime Video, Disney+, Star+, HBO Max y todas las demás plataformas de streaming que están o llegarán a México no acabarán con la televisión, aunque es cierto que televisoras tienen trabajo por hacer para renovar contenidos y adaptarlos a nuevos formatos y nuevas audiencias, a decir de Luz María Garay Cruz, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y expresidenta de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación.
Sucede que el día mundial de la televisión se conmemora el 21 de noviembre, y a propósito Garay ha ofrecido un análisis sobre la televisión y su supervivencia en México. "En las grandes televisoras al parecer, hay crisis financieras y una carga de producción de revistas matutinas y noticias, pero esa gran industria de la telenovela ha venido a la baja", dice Garay.
"Por eso vemos retransmisiones o refritos de las mismas historias", continúa.
El consumo de las telenovelas se disparó durante la pandemia, cuando menos entre niñas y niños. Según el IFT, de marzo de 2020 a febrero de 2021 la cifra de niñas y niños que vieron telenovelas fue de 219,000, 66% más que el año previo cuando la cifra fue de 131,750. Según otro reporte del IFT el género de telenovelas también es el más consumido por los adultos mayores en México que eligen como favorito al canal Las Estrellas para su consumo.
"La televisión ha estado por momentos agónica"
Y es que con todo y la televisión de paga o el incremento de presencia de servicios de streaming, la penetración de la televisión es innegable. Mientras una de cada cinco viviendas en México tiene algún servicio de películas música o videos por internet, según la UNAM, la penetración de la televisión es del 91% de acuerdo a datos del INEGI. Con esos datos es fácil de entender que la especialista Garay asegura que la televisión no se extinguirá en ningún momento pronto.
"La televisión ha estado por momentos agónica, pero ha encontrado nuevamente la manera de recolocarse en esos escenarios digitales para no perder a su audiencia más fuerte; entendieron que para allá se ha movido una parte de sus audiencias y que es la tendencia de los medios", explica Garay.
Para muestra está el caso Blim. Su origen fue concebido como competencia directa de Netflix, pero sus números nunca estuvieron lo suficientemente cerca para ser considerado una competencia seria. Tuvieron que pasar cinco años para que Blim anunciara una suscripción sin costo, con exposición a comerciales, y el resultado es que ahora 12 de cada 13 nuevas suscripciones son precisamente a la versión gratuita, no a la de pago.
Pero reducir a la televisión convencional por sus contenidos recreacionales puede ser reduccionista pues también debe contemplarse su potencial educativo, dice Garay. "Es una parte de las representaciones sociales mediante la cual mucha gente logra cierto aprendizaje" parafrasea el comunicado de la UNAM sobre el análisis de la académica. Para muestra está que el Instituto Federal de Telecomunicaciones recientemente halló que adultos mayores también utilizaron la televisión para consumir las transmisiones educativas de Aprende En Casa.
Según el IFT, 13.6% del consumo de las transmisiones educativas fue por personas de 60 años o más, quienes incluso vieron los contenidos educativos en un promedio de más de cuatro horas durante la pandemia.
32.9 millones de hogares en México tienen cuando menos un televisor, lo que equivale a 91 de cada 100. Los estados con mayor cobertura son CDMX y Coahuila con 95.8% y el estado con menor penetración de televisor es Oaxaca con 76.2%.
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